Restaura mexicano tesoros colombianos

AutorOctavio Pineda

Corresponsal

BOGOTÁ.- Desde hace dos décadas, las labores de restauración de arte sacro y colonial en Colombia han estado íntimamente ligadas al mexicano Rodolfo Vallín.

A sus 62 años, Vallín perdió ya la cuenta de los templos coloniales, las casas señoriales, pinturas murales y de caballete, esculturas, tallas en madera y retablos que ha restaurado.

Su trabajo se ha concentrado en ciudades como Bogotá, la blanca Popayán, Tunja y sus alrededores, Cartagena, Medellín, Barranquilla y la pequeña y calurosa Mompós, a orillas del Río Magdalena.

Vallín llegó a Bogotá en junio de 1979 como parte de una misión de la UNESCO para brindar asesoría a las autoridades en materia de restauración. Venía en principio por dos meses, pero se fue quedando y su trabajo lo ha llevado a recorrer buena parte del territorio colombiano.

De forma intermedia vivió cuatro años en Perú, uno en Ecuador y otro en Bolivia, potencias en arte colonial, pero Vallín decidió echar raíces en Colombia, donde considera se encuentran los mayores exponentes del arte neogranadino.

Es el restaurador de cabecera de la Orden de los Agustinos, que según afirma es la única comunidad religiosa en América Latina que ha restaurado su patrimonio mueble e inmueble con recursos propios.

La restauración de la Iglesia de la Candelaria, en el centro de Bogotá, es uno de sus trabajos más recientes. La consolidación arquitectónico-estructural y la recuperación de las pinturas murales le tomaron casi tres años.

"Lo más desafiante es lo que menos se ve, porque la pintura estaba sobre una bóveda falsa, hecha con caña y amarrada con soga vegetal, que con el paso del tiempo había sufrido bastante, se estaba cayendo.

"El trabajo más fuerte fue volver a consolidar todo ese soporte de la pintura mural sin que se perdiera nada ni se notara", cuenta en entrevista.

Esta labor de restauración sacó a flote las pinturas murales del techo -que habían sido tapadas- del pintor colombiano Pedro Quijano, casi un desconocido, y quien se ganaba la vida con decoraciones para óperas.

"Son pinturas donde todavía imperaba el clasicismo, pero lo interesante es que este señor se documentó bastante sobre la época y la decoración auxiliar a las escenas son pinturas estilo art nouveau.

"Se rescató a un pintor casi desconocido. Había sido profesor de generaciones y había tenido colegas importantes, como Ricardo Acevedo Bernal, pero él, en su propia obra, no estaba valorado y con esto salió a la luz", explica.

En Bogotá, Vallín ha...

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