Retoma Delgado trama criminal

AutorFrancisco Morales V.

La frase vale mucho cuando se habla de un thriller policiaco: "Los cartuchos están contados". Cuando las herramientas del asesino son finitas, la mesura se hace precisa y el cálculo frío, necesario.

La apreciación vino de un periodista a otro cuando ayer por la tarde se presentó Autopsia de un recuerdo, segunda novela de René Delgado. Su colega Roberto Zamarripa abundó: "(el autor) es prolijo en la austeridad".

Estuvieron de acuerdo la escritora Mónica Lavín y el editor del libro, Ariel Rosales, quienes también percibieron rigor y temple periodístico en la incursión literaria de Delgado.

Durante la presentación en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería -como suele ocurrir en el género del libro- se trazó un juego de sombras, de identidades múltiples: la del periodista y novelista.

Por un lado, Juan Lavín, el protagonista de la novela y ficticio director de un periódico, quien se ha inmiscuido de nuevo en una trama criminal. Por el otro está su creador, el novelista, quien actualmente dirige el diario en el que aparecen estas líneas.

"Dueño del oficio de larga carrera del periodista, sorprendiéndonos con su deseo de ficcionalizar a partir de la realidad que ha documentado, René Delgado nos ha colocado en el borde de la silla", juzgó Mónica Lavín, cuyo "parentesco" con el personaje fue motivo de broma.

El motivo de esta tensión lectora es la vorágine en la que se halla el protagonista, el mismo de la novela El rescate (1992), tras el asesinato de su amante, la ex modelo Teresa. Entran a escena un fiscal incesante y un grupo de sicarios.

Para Mónica Lavín, las dos novelas de la saga se deslizan la una entre la otra sin importar las décadas que median entre su escritura. Destacó también la "honestidad escritural" de ambas, la manera en la que el novelista respeta a sus personajes.

Ante la trayectoria de Delgado, como se dejó constancia en los textos leídos por Lavín y Zamarripa, las menciones a su labor periodística resultaron inevitables. Su pasión por la realidad, se dijo, saltó de la plana a...

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