Retorna a las raíces

AutorCecilia Núñez

Diversas comunidades indígenas de México están dispuestas a compartir sus tradiciones. Y para darse a conocer como culturas vivas han abierto las puertas de sus casas a los viajeros, han creado centros turísticos y también han diseñado recorridos que ellos mismos guían por las tierras que habitan. La tendencia es vivir una experiencia turística más auténtica.

Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán Centro ecoturístico Pantzingo

El Centro Ecoturístico Pantzingo fue creado por 25 miembros de la comunidad purépecha con el fin de compartir con sus visitantes las bellezas naturales y culturales de la región.

Esta comunidad indígena soportó las inclemencias del volcán Paricutín por años, hasta que en 1944, un año después de la erupción del volcán, decidieron trasladarse 30 kilómetros al sureste, donde fundaron el Nuevo San Juan Parangaricutiro.

Han logrado mantener intactas sus espectaculares danzas indígenas y fiestas, en las que fusionaron sus raíces con matices de la cultura española.

Los productos turísticos que aquí ofrecen están diseñados para diversos tipos de viajeros y cuentan con un abanico de actividades que van desde visitas guiadas a las ruinas de la iglesia sepultada por el volcán Paricutín hasta caminatas que se realizan por senderos ecológicos entre bosques de pino y encino.

Toma nota: Para llegar hay que tomar la carretera federal de Morelia a Uruapan y atravesar la ciudad hacia Nuevo San Juan Parangaricutiro. Entre las actividades destacan la narración de cuentos y leyendas, recorridos guiados por la zona, ascenso al volcán Paricutín, ciclismo de montaña, observación de aves, senderismo y cañonismo. Hay hospedaje en cabañas hasta para 60 personas, albergues, zonas para acampar y restaurantes. También ofrecen servicios los guías comunitarios.

Semidesierto de Hidalgo En el Valle del Mezquital

El antiguo pueblo hñahñu lleva a cuestas más de 3 mil 500 años de historia y se ha desarrollado en la zona semidesértica de Hidalgo, en el Valle del Mezquital.

Esta comunidad indígena no sólo ha sobrevivido a la hostilidad natural del entorno donde habita, también a los asedios de mexicas y españoles, en el pasado, y a una sociedad actual que a fines de los 90 proponía un desarrollo que para los hñahñus significaba olvidar su lengua y sus tradiciones. Ellos siguen fieles a sus raíces y conservan prácticas ancestrales, como su cocina, en la que se preparan platillos con insectos, flores, granos y frutos de la región. Ahora, muchas familias...

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