Los retos y las rutas

AutorMiguel Ángel Jiménez

Para abordar la discusión en torno a la reforma de la educación superior en nuestro País, no se pueden pasar por alto las transformaciones económicas, políticas y sociales que tuvieron lugar durante las últimas décadas del siglo 20 y el efecto que han tenido en los procesos educativos de las naciones a nivel global. Las instituciones educativas se han visto en la necesidad de emprender acciones específicas frente a un contexto que se ha caracterizado, entre otras cosas, por la aceleración de innovaciones en los ámbitos tecnológico, comercial y organizacional. En este contexto las universidades a nivel global se han abocado a la generación del capital humano necesario para hacer frente a las demandas del nuevo orden, en donde las empresas transnacionales y los organismos multilaterales adquieren un papel de influencia cada vez mayor en todos los rincones del mundo. La consecuencia es el surgimiento de un mercado global de universidades, que se ha distinguido en buena parte por su tendencia a la estandarización del capital humano y por la difusión de los nuevos valores: competitividad, flexibilización, especialización y alta tecnificación de los procesos productivos.

Sin embargo, el acceso masivo al mercado global de universidades ha sido marcadamente desigual. Tan sólo en nuestro País el porcentaje de la población con 24 años o más que cuenta con algún grado aprobado en estudios superiores es del 12 por ciento; es decir, sólo uno de cada 10 mexicanos logró concluir estudios de licenciatura.

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