Reviven lucha colonial

AutorOliver Tapia Curiel

Cuando los 22 jugadores de las selecciones de Portugal y Angola salten hoy a la cancha en Colonia, para disputar su primer partido del Campeonato Mundial de Alemania 2006, el recuerdo de la última etapa de la era colonial africana también se hará presente en la justa deportiva.

Quizá la estrategia de desgaste que utilizó la guerrilla nacionalista angoleña durante poco más de 13 años hasta lograr la independencia, se repita durante el primer encuentro en un torneo oficial entre ambas naciones, rivales de México.

Los 500 años de presencia portuguesa en la nación del suroeste de África, hacen del cotejo de hoy uno de esos encuentros futbolísticos singulares por sus connotaciones políticas que generalmente se suceden en cada mundial.

En dos cotejos que han disputado anteriormente, los europeos han obtenido el mismo número de victorias con un par de escandalosas goleadas, la última en 2001, que derivó en la suspensión del partido por altercados entre los jugadores.

El novelista portugués Antonio Lobo Antunes ha descrito con crudeza en varias de sus obras, como "Esplendor de Portugal" y "En el culo del mundo", el trance que significó para él y para sus protagonistas la guerra colonial de Angola.

Asimismo, investigadores como John Marcumm y Gerald J. Bender han realizado trabajos que intentan descifrar el legado de Portugal en sus colonias, como los estudios "Tres revoluciones" y "Angola: mito y realidad de su colonización".

Seguramente los espías deportivos mexicanos estarán hoy muy al pendiente de la velocidad y potencia de "Las Palancas Negras", como se le conoce a los africanos, así como lo estuvo el Ejército lusitano en 1961 cuando inició la insurrección colonial.

Sin embargo, también habrá que observar con atención la tenacidad de los angoleños, decisiva para que obtuvieran su libertad en 1974, aprovechando que la inoperancia y los errores de la dictadura Salazar-Caetano desembocaron en la llamada "Revolución de los Claveles" en la nación ibérica, con la respectiva liberación de sus colonias africanas.

Quizá la mejor arma del equipo lusitano no radique en el veloz desborde por las bandas de Cristiano Ronaldo; ni los precisos servicios del brasileño-portugués Deco.

Posiblemente su ventaja radicará en la división dentro del cuadro africano, reflejo de la inestabilidad de su nación, que desde que obtuvo la independencia entró en una guerra civil a raíz del desacuerdo entre las tres principales facciones nacionalistas que se disputaron el poder...

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