Ricardo Lagos / La urgencia de nuestro consenso

AutorRicardo Lagos

A esta tercera cita de la Unión Europea con América Latina y el Caribe no todos llegan con la misma sensación de avance.

Desde el otro lado del Atlántico viene una Unión Europea que ha vivido un momento histórico: el de su ampliación a 25 miembros, pero, más allá de eso, la presencia de una Europa que vuelve a ser la Europa de siempre. No ha sido una marcha fácil y hoy aún están en debate las consecuencias de la Constitución Europea. Tensiones y pugnas abundan dentro de la casa. Pero la clave de todo está en el sentimiento común con el cual se vive en la casa. Ellos tienen un consenso, un proyecto histórico, una visión común de continente. Tienen la voluntad de ser.

Es duro, pero es necesario preguntárselo: ¿tenemos hoy en América Latina y el Caribe la voluntad de ser como región, tenemos un consenso desde el cual buscar el futuro y construir avances ciertos y tangibles para nuestros pueblos?

Desde los albores de nuestra independencia hemos vivido la tensión entre enunciados de grandes utopías y acciones contrarias a ellas. Fue en esa dimensión donde el sueño bolivariano se hizo trizas, más allá de ir siempre con nosotros como inspiración o referencia. Desde la mitad del siglo 20 empezamos a hablar de integración, pero nos embarcamos en proyectos de encierro proteccionista y de segmentaciones productivas imposibles de cumplir. Pareció que no veíamos como el mundo cambiaba, como caía el Muro de Berlín y se acababa la Guerra Fría. Como consecuencia, la llegada de la globalización no nos encontró preparados como región para descubrir espacios y oportunidades en ella.

Por cierto, habíamos cumplido una gran tarea. Del continente de los 70 y los 80 donde predominaban los gobiernos autoritarios habíamos pasado a un continente donde la democracia era la forma de la convivencia política y de la expresión ciudadana. Y creamos un mecanismo de cooperación y consulta política permanente, el Grupo de Río. Allí aprendimos a encontrarnos con frecuencia, a debatir abiertamente de gobernabilidad, de participación ciudadana y de futuro. Teníamos, ni más ni menos, que la cercanía del hablar común, de una cultura compartida y de una historia similar. Al mismo tiempo, buscábamos poner energía en proyectos de integración de diverso signo y propósito: el Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones, el Mercado Centroamericano y el Caricom.

Pero la democracia no nos trajo el crecimiento con equidad, la eliminación de la pobreza y la igualdad de oportunidades. Tal vez...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR