COORDENADAS / ¿Robo o salvación económica?

AutorEnrique Quintana

Tanto economistas como algunos legisladores en EU han cuestionado el costo fiscal del rescate propuesto por Obama y los negocios que creará.

Por si no recuerda -sucedió hace más de una década-, el salvamento de la banca en México requirió de la inyección de recursos fiscales a los bancos. En algunos casos, en un esquema en el que los accionistas y el Gobierno le pusieron capital y mantuvieron a flote las instituciones, como en los casos de Banamex y Bancomer.

En otros, el Gobierno de plano tuvo que intervenir él solo para evitar la quiebra y darle certeza a los depositantes. Por ejemplo tome los casos de Banco Mexicano o de Bital, que luego acabaron adquiridos por Santander y HSBC.

En todos los casos, sin embargo, hubo dinero público que se empleó para un rescate privado. Claro que la justificación en México y en decenas de países en los que ha sucedido lo mismo es que sería peor para todos dejar que el sistema bancario quebrara.

Lo que hoy se debate en Estados Unidos es que nuevamente -como en otras crisis bancarias- habrá una asimetría de riesgos.

Le explico.

Debido al esquema de financiamiento para comprar los famosos activos tóxicos, los fondos de inversión privados que le pongan -por ejemplo- un millón de dólares tomarán el riesgo de perder ese millón o una parte de él.

La pérdida surgirá si el valor de recuperación de los préstamos malos que adquiera el Fondo es inferior al valor al que se compró esa cartera.

Pero si la operación resulta exitosa, con una base de un millón privado, otro millón público y un apalancamiento a costo muy bajo y por seis veces lo ofrecido por la Corporación Federal del Seguro del Depósito (FDIC), se podrá adquirir hasta 12 millones de cartera mala.

Si se logra que el valor de recuperación supere el precio al que se compró, entonces la ganancia podrá ser sobre los 12 millones.

La asimetría es clarísima. El dinero público, sea del Gobierno o del FDIC, podría acabar financiando extraordinarios negocios, o bien, creando agujeros gigantescos que tendrán que convertirse tarde o temprano en deuda pública, con pocas pérdidas privadas.

Sin embargo, pareciera que la prioridad del Gobierno de Obama -y por eso gustó el programa a muchos inversionistas- es crear suficientes incentivos para que haya inversión privada en este esquema y para tratar de avanzar con rapidez en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR