Un sobreviviente de la tortura

AutorMartha Martínez

Foto: Roberto Antillón

A casi un año de que fue liberado de un penal federal, el hondureño Ángel Amílcar Colón Quevedo sigue pugnando porque el Estado mexicano lo reconozca como un inmigrante sobreviviente de tortura por parte del Ejército.

Alto, de piel oscura y pelo corto y rizado, Ángel Amílcar hace un listado de los pretextos que el gobierno mexicano ha puesto para negarse a darle una disculpa pública, reconocer que fue torturado por militares y modificar su política migratoria que, dice, se ha convertido en una cacería de migrantes: el Ejército se niega a cooperar, la indagatoria sobre su caso está paralizada desde hace meses y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no quiere reconocer el Protocolo de Estambul que le realizaron peritos independientes para certificar los tratos crueles a los que fue sometido.

Reconocido defensor de los derechos humanos en su natal Honduras, Amílcar salió de su país hacia Estados Unidos en busca de recursos para pagar el tratamiento de su hijo mayor, quien fue diagnosticado con cáncer. Ya en México, fue recluido con engaños por el crimen organizado en una casa de Tijuana, Baja California, detenido durante un operativo por policías locales, entregado al Ejército sin razón alguna, torturado por éstos en complicidad con su abogada de oficio, acusado de delincuencia organizada por su color de piel y liberado cinco años después, cuando la PGR reconoció que no tenía pruebas en su contra.

Desde hace casi un año, busca que el Estado mexicano le brinde ayuda económica para atender las secuelas físicas y psicológicas que le dejó la tortura y que el gobierno federal se comprometa a castigar los delitos cometidos en su contra. Lo único que ha encontrado son negativas.

Investigación sin avances

"Ahorita la investigación está detenida porque el Ejército no quiere dar la información de quiénes estaban presentes (cuando fue torturado) en el cuartel militar", indica.

En la sala del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, una de las organizaciones civiles que lo acompañó en el proceso judicial en su contra, Amílcar reprocha la indolencia con la que el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, ha atendido su caso.

"El comisionado de derechos humanos no quiere reconocer los peritajes independientes del Protocolo de Estambul sobre investigación de tortura porque ellos dicen que nada más dan recomendaciones sobre protocolos practicados por sus peritos", indica.

El test creado por la Organización de las...

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