Surtido rico para escoger

De que es privilegiada, eso no se puede negar. Y es que a partir de este fin de semana, la Ciudad de México recibirá un surtido rico de artistas que con sus propuestas, contoneos y cuerpos han conquistado al público.

Desde el bailaor Joaquín Cortés, hasta el nuevo talento del pop nacional Natalia Lafourcade, pasando por Daniela Mercury y Albita y Los Van Van, para rematar con el sex symbol neoyorquino Lenny Kravitz.

Sólo hay que echar la moneda y escoger al favorito.

Lenny Kravitz

Guerrero y depredador

Al fin ha llegado, convertido en superestrella, con la estela de una carrera meteórica detrás, Lenny Kravitz. Y no es que no lo hubiéramos esperado antes de su impresionante despegue. El cantante ha sido referencia obligada por más de 10 años para quienes viven zambullidos en la evanescencia del pop.

Producto de dos culturas (su madre era negra, su padre es blanco), Kravitz vive en la tensión que las afirma y confronta. Nace en 1989 su primer álbum, como el gran renovador post-funk del soul, el cual causó mella desde el principio: duro pero languidecente, rodeado de violines y metales setenteros, armado con una poderosa guitarra. Frente a la cámara y en el escenario se manifiesta como depredador (lo que lleva a las admiradoras a verlo por miles), que no es sino el reflejo de horas de trabajo en el estudio, donde -al menos en sus dos primeros álbumes, y ahora, en el más reciente- toca todos los instrumentos (excepto los metales).

Sí, todo ese ruido lo hace él solito a consciencia; se lanza con la guitarra, luego con el bajo, luego la batería, y al final los teclados. Ha confesado que se debe a su espíritu inquieto, precoz; aprendía a tocar una cosa y luego, cuando se aburría, aprendía a tocar otra. Tenaz y lleno de talento, sufrió algunos percances y desavenencias en su camino al estrellato -como pudo verse en la emisión que le dedicaron en Behind the Music- cuya experiencia se deja sentir en sus letras (cuando se toma uno la molestia de escucharlas con atención). Su segundo álbum, Mama Said, por ejemplo, lo dedicó íntegro a su mujer Lisa Bonet, separados en ese momento.

Ave Fénix del soul, se lanza luego a explorar los territorios sembrados por este ritmo en ultramar para alcanzar cierto temple hard en su revisión -todavía- del universo setentero, lanzado de lleno a los riffs que fueron el sello de bandas como Led Zeppellin. En el ínterin anunció que el rock'n roll estaba muerto en una rola cuyo título lo declaraba: "rockn'roll is dead". El...

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