Desde el Teclado / Portabilidad
| Autor | Javier Matuk |
¿Está conforme con el servicio que recibe de su compañía celular? La respuesta a esta pregunta puede ser desde un "Sí, claro, me funciona muy bien y pago lo justo" hasta... frases y expresiones no publicables en este espacio. Los proveedores dominantes saben que tienen un mercado cautivo gracias a la generalización del uso de estos aparatos para estar "todo el tiempo disponible".
Para nadie es secreto el éxito mundial de la telefonía celular. Pero tampoco para nadie es secreto que, al momento de contratar un plan con la compañía equivocada, ¡tenemos que aguantar el servicio por el plazo fijo! Claro, siempre está la opción de cancelar antes, sin embargo, hay que pagar unas cantidades de dinero que rayan en la indecencia.
Si tenemos un servicio no tan bueno con el actual proveedor, si los precios son más elevados que la competencia, si no hay tanta cobertura como dicen, ¿qué nos mantiene atados a cierta empresa? El número telefónico. Es posible que se encuentre en la siguiente situación: lleva algo de tiempo (tal vez años) con su mismo número celular y el solo hecho de pensar que si cambia de proveedor tendrá que cambiar el número, le hace dejar todo por la paz.
Sus clientes tienen el número. Sus amigos tienen el número. Su familia tiene el número. Digamos que su celular ya es como el "tercer apellido" y cambiarlo significaría una incalculable pérdida de tiempo y posiblemente de clientes o llamadas importantes. Sin embargo, no todo está perdido y es posible que los mexicanos podamos ver la luz al final del túnel. Claro, sólo es posible, pues todavía no hay legislación al respecto.
El concepto de portabilidad de números celulares locales quiere decir que puede cambiar de su actual proveedor, llámese como se llame, a otro nuevo y conservar su mismo número. ¿Se lo imagina? Ya está harto de Telcel, Iusacell, Unefon o Telefónica. No quiere saber nada más de alguno de ellos y cada que pasa por un punto de venta de otro, pregunta los planes, precios y demás. En algunas ocasiones ha llegado a pensar: "Ya, no aguanto, no importa que pierda mi número, pero me quiero cambiar de compañía".
Hasta ahora esos sólo siguen siendo puros sueños. Pero si la legislación avanza y en el país tenemos verdadera competencia, dentro de poco tal vez podremos llamar a nuestro proveedor actual y decirle: "Me cancela mi contrato en este instante, me voy con aquél y me llevo mi número". ¡Qué maravilla! Y si al cabo de unos meses, la nueva empresa le brinda un servicio peor...
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