TOLVANERA / Carmelito

AutorRoberto Zamarripa

En La dictadura perfecta, Carmelo Vargas (interpretado por Damián Alcázar), un gobernador corrupto en apuros, sale del atolladero político gracias a un plan de manipulación mediática diseñado por la televisora más poderosa del país y pagado con recursos públicos.

Ya entrado en gastos, Vargas -quien no se perdía las telenovelas- le pide a un empleado de la televisora le presente a la actriz estelar del culebrón de moda. Al cabo de meses, la actriz se convierte en esposa de Vargas quien llega a la Presidencia de la República con una primera dama surgida de los sets televisivos.

Cuentan que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, peca de lo mismo. Uno de sus allegados confió que hace unos meses cuando apenas entraban en campaña electoral, la preocupación de Mancera no era el proceso comicial sino encontrar a alguien de confianza que le presentara a una actriz sudamericana, estrella de la telenovela cimera. Imploró: no quería que "se la ganara" otro político.

Era su obsesión. Como lo es ahora la candidatura a la Presidencia de la República.

El problema es que Mancera no es tomado en serio. Más allá de sus veleidades -que serían irrelevantes si no fuesen cometidas o presumidas con todo el peso de su investidura gubernamental-, el jefe de Gobierno parece haber perdido el sentido de su responsabilidad.

Distraído, ajeno a la operación política, frívolo, distante de los ciudadanos, bajo el manto de una corriente eufemísticamente llamada Vanguardia Progresista (en un impecable lenguaje del priismo del siglo pasado) tomó el control de las delegaciones en manos de presuntos disidentes y controló la dirigencia del partido del sol azteca.

Mancera y sus operadores, fundamentalmente el estadista Héctor Serrano, supusieron que estaba borrada toda oposición política en el PRD y diseñaron candidaturas a modo para la elección del pasado 7 de junio.

La Vanguardia Progresista inventó una subcorriente política con pase automático a una candidatura a cargos de elección popular; le llamó "los amigos del Doctor". Y así, por órdenes de Mancera, reservó 18 candidaturas para un hermano del procurador Rodolfo Ríos; para Jesús Rodríguez Almeida, el ex secretario de Seguridad Pública, a una asistente de la oficina del jefe de Gobierno, a mujeres conocidas durante su trayecto...

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