Tom Cruise: El vendedor más grande del mundo

AutorSalvador Cisneros

Tom Cruise, en términos artísticos, es un actor respetado, notable, con tres nominaciones al Óscar que respaldan su talento histriónico, pero no hay duda alguna de que el trabajo que mejor sabe hacer es el de ser súper estrella de cine y vender películas, pues ha logrado permanecer en la cima de Hollywood por más de dos décadas a pesar de los obstáculos.

El protagonista de Oblivion: El Tiempo del Olvido, su más reciente cinta de ciencia ficción que se estrena el 12 de abril, es un maestro de las relaciones públicas y entiende la industria del cine en términos de marketing mejor que nadie y por eso a sus 50 años sigue vigente y se embolsa un promedio de 75 millones de dólares anualmente.

Si los estudios decidieron apoyar la carrera de Cruise después de que su popularidad se proyectara al cielo con la misma velocidad con la que maniobraba los F-16 en Top Gun: Pasión y Gloria (1986), es por la ética de trabajo del actor neoyorquino fuera del set.

Cruise puede pasarse horas en las alfombras rojas firmando autógrafos y sonriendo para las cámaras, sosteniendo y aumentando así su base de fans; tampoco deja que una gripa con fiebre de casi 40 grados lo hagan perderse un programa de televisión, como lo probó cuando fue al Show de Graham Norton para publicitar Jack Reacher: Bajo la Mira (2012).

Sin embargo, a pesar de que su nombre es una marca registrada en Hollywood, su travesía por el mundo del cine no ha sido una ruta inmaculada.

Ha tenido como obstáculos dos mediáticos divorcios, un comportamiento juvenil y cursi cuando se enamoró de su ahora ex esposa Katie Holmes, su controversial creencia en la Cienciología y lidiar con rumores de su presunta homosexualidad.

UN MAGO DE LA INDUSTRIA

Los estudios y productores de cine saben que la campaña de promoción de una película es incluso más importante que la calidad cinematográfica del filme para garantizar la reinversión.

Para que una película de alto presupuesto funcione en términos económicos, los estudios gastan a veces hasta un equivalente del 50 por ciento del costo de producción de la película y lo destinan para publicidad y promoción.

Ahí está la clave por la que Cruise se hizo una estrella, pues él, obviando que es un un actor versátil que se desenvuelve en el drama, la comedia o la acción, domina el negocio de vender películas.

Cruise sabe que hacer promoción -entrevistas, apariciones en talk shows, alfombras rojas y pasar tiempo con los fans- es tan fundamental como realizar una buena...

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