Ve escenas intimistas en una caja de cartón

AutorBlanca Ruiz

La guerra en Irak no es propicia para homenajes, pero Carlos Jurado expone sus fotografías creadas con una cámara de cartón, con la sencillez de quien ofrece pan, un vaso de agua o un rayo de luz en tiempos oscuros.

"Estoy apenado porque no creo merecer ningún homenaje, esta exposición se planeó desde hace varios meses y me tocó ahora en estos momentos difíciles y y me siento muy raro", dice.

Con la exposición Varia, 1974-2002, que se exhibe en el Centro de la Imagen festeja a Jurado (San Cristóbal de las Casas, 1927), quien no sólo es autor de una obra reconocida en Estados Unidos y Europa, sino precursor de la enseñanza fotográfica en el país, con la primera escuela de fotografía en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (1973).

Aunque, en realidad, Jurado no es de las personas que piden reconocimientos; si por él fuera, pasaría completamente desapercibido: "Si preguntan por mí, diga que soy un señor que se encontró en la calle con una caja de cartón que hace fotos".

Con las cámaras llamadas estenopeicas o pinhole, que él mismo fabrica, este "señor" de ojos azules realiza actos de magia y alquimia donde intervienen el cuerno del unicornio, cartones y otros materiales conseguidos en papelerías de la esquina; así como químicos en polvo adquiridos en farmacias del centro, en una mezcla que produce escenas intimistas, vinculadas a la naturaleza y el paisaje.

"Lo que me da mucho gusto es que las nuevas generaciones de fotógrafos se interesan por la estenopeica, desde que empecé a trabajar en esto -en la década de los 70- a la fecha he visto cómo se ha gestado un movimiento a nivel mundial".

Jurado es considerado un artista renacentista: pintor antes que fotógrafo. Estudió en La Esmeralda con maestros como Antonio Ruiz "El Corcito" y María Izquierdo, fue integrante del Taller de la Gráfica Popular, fundó junto con Rosario Castellanos el teatro guiñol Petul y con ella recorrió diversas zonas indígenas del país.

En su anecdotario destaca que alrededor de los 9 años quemó su casa porque no le gustaban que lo castigaran sus tías y en su adolescencia se unió a la caravana de un circo, lo que explica que en sus pinturas y fotografías aparezca un león.

Pero quizá el rasgo más importante de su carácter es su pasión por la experimentación: revitalizar las técnicas fotográficas antiguas, reinventar lo "ya inventado" y ponerlo al día con una vigencia atemporal.

"No estoy en contra de la tecnología, al contrario, celebro que haya...

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