Ventaja Competitiva / Pobres de nuestros mayores

AutorFrancisco Fernández-Castillo

El sistema de pensiones chileno fue y sigue siendo el referente para el mexicano de cuentas individualizadas. Así que a los escépticos de este esquema le están empezando a dar la razón los recientes sucesos en el país andino donde manifestaciones pacíficas -de momento- de casi 2 millones de personas en 50 ciudades de toda la nación se están abocando a tumbar el esquema imperante desde la época de Pinochet que después se exportó a casi todos los países de Latinoamérica.

Hoy, el sistema de pensiones mexicano también es una auténtica bomba de relojería financiera, social y económica.

Financiera, porque no existen reservas destinadas al pasivo actual, sino que éste se cubre con el gasto corriente que se incrementa año con año. La responsabilidad de pago recae, en su mayoría, en los gobiernos estatales hacia los que la reciente reforma financiera no impone ningún tipo de rigor ni disciplina al respecto. Financiera también, porque el nivel de rentabilidad promedio anual que tienen las afores tampoco es suficiente para alcanzar una pensión digna en ningún escenario.

Social, porque las cuotas obligatorias no garantizarán, en el mejor de los casos, ni el 20 por ciento del último salario cotizado, llevando a la población a malvivir o a mantenerse trabajando hasta su muerte con la consiguiente pérdida de productividad del país, calidad de vida y la falta del necesario recambio generacional en el mercado laboral.

Económico, porque afectará el grado crediticio de la economía del País y sus cimientos. Hoy coexisten varios pasivos pensionales: (1) la protección social para aquellos que no han podido cotizar; (2) los que cotizan desde antes del 1997, todavía responsabilidad del Gobierno, cuyas cotizaciones iban a una bolsa común nacional, otorgando pensiones consideradas como buenas, pero inviables financieramente. Sólo este pasivo asciende al 30 por ciento del PIB; (3) los posteriores a 1997, cuyas contribuciones están depositadas en cuentas de ahorro individualizadas en manos de afores; y (4) los pertenecientes a colectivos de trabajadores de determinadas instituciones como...

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