Para viajar a ciegas

AutorLorenzo Armendáriz

La cita fue a las 10:30 horas en la Plaza de los Fundadores, la plaza más antigua de la ciudad de San Luis Potosí. Un grupo de estudiantes y maestros de la carrera de turismo de la Universidad Interamericana para el Desarrollo estaban por vivir una experiencia totalmente diferente en lo que se refiere a recorridos turísticos.

Visitarían los principales edificios históricos de la plaza, cubriendo sus ojos con un antifaz, para vivir por un momento la discapacidad visual.

"Sentir Para Ver" es el nombre de esta experiencia que tiene como finalidad sensibilizar a los prestadores de servicios turísticos, y a quienes de alguna manera tienen que ver directa o indirectamente con esta actividad, para implementar o mejorar la calidad de servicios dirigidos a este importante sector de población.

Es por ello que, recientemente, los directores de las diferentes áreas del Ayuntamiento de la ciudad de San Luis Potosí se dieron la oportunidad de vivir esta experiencia con la intención de mejorar la accesibilidad del Centro Histórico en beneficio de las personas con capacidades diferentes.

Las manos sudan, los sentidos se agudizan

Una vez que el grupo estuvo completo, Verónica Mercadillo, responsable del Departamento de Turismo para Todos, dio una explicación general sobre el recorrido, se pidió apagar los celulares para evitar la distracciones y se colocaron los antifaces. Entonces se asignó un lazarillo por cada dos personas, el cual sería el conductor y los guiaría con su voz durante todo el trayecto.

Sin moverse aún el grupo del lugar, Germán Bautista, el guía que conduciría este recorrido, comenzó a dar su explicación. Primero una introducción más anecdótica que histórica de la plaza y sus edificios. Esto permitió que el grupo se fuera acostumbrando poco a poco a la oscuridad y comenzara a guiarse por el oído. Después vino una explicación para orientarse en los cuatro extremos de la plaza para que pudieran visualizarlo en su memoria. Entonces el guía invitó a parte del grupo a que se acercara a la placa conmemorativa de la fundación de la ciudad y fue cuando comenzaron las primeras risas nerviosas. Aunque había disposición, también estaba el temor de caer y lastimarse. Los más osados llegaron hasta la placa conmemorativa y comenzaron a tocarla con sus manos.

Entonces se les pidió describir lo que tocaban. Algunos podían leer con sus manos las frases de la placa y otros reconocían los símbolos del escudo del Estado. Esto era un buen comienzo, pero lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR