Vicente Rojo se pinta

AutorVicente Rojo

Sin ser demasiado pesimista, pienso que no hemos construido el mejor de los mundos posibles. El crédito de lo que hoy llamamos civilización es responsabilidad exclusiva del género humano, con su capacidad para alcanzar tanto extraordinarios logros científicos, artísticos, técnicos y humanísticos, como los más atroces exponentes de la barbarie (recordar los campos de exterminio: en Europa y en el siglo XX).

Así como somos herencia de los constructores de pirámides o catedrales dedicadas a sus dioses, lo somos de su despiadada destrucción. ¿Cómo explicar que la civilización hoy en día incluya y tolere lo que el poeta Juan Gelman cita: "Cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza"?

No me queda más que admitir, ahora sí con franco pesimismo, que mi permanente duda del concepto de civilización está más que justificada. Por lo mismo, en mi obra procuro acercarme a las maneras de vida, elementales y simples, que corresponden mejor a mi noción de civilización. No me refiero a un homenaje a las formas no elaboradas de lo primitivo, sino a una aproximación a los orígenes de la inocencia que guardo en mi memoria.

Orígenes

Me propongo que quien mire mi trabajo comience por revalorar la palabra primitivo en sus aspectos originales más creativos. No me queda claro si lo que quisiera hacer es volver a los orígenes o de nuevo partir de ellos, pues en ellos a veces se halla lo más profundo, una determinada idea de comunión que nuestros demonios han pervertido. He usado la geometría como un lenguaje: el que está en esos orígenes. Lo que he tratado de hacer es una especie de geometría, respetada por un lado y por otro enriquecida, sometida a nuevas pruebas visuales.

Para mí, las formas geométricas (cuadrado, triángulo, círculo, cubo, cono o la maravillosa esfera) son las palabras que sirven para desarrollar un lenguaje visto o leído: configuran mi alfabeto. Los elementos geométricos primitivos no requieren de significado; su fuerza visual ha sido comprobada a través de los siglos; son formas reales, rotundas, que aparentemente no vemos en nuestro entorno pero que sin embargo están íntegramente presentes en nuestra vida diaria, fundan las formas que nos rodean. El significado del signo es real, es objetivo. Y aunque la crítica coincida en llamar a este tipo de trabajo arte abstracto, el hecho es que constituye estructuras o referencias muy concretas.

Veo la geometría como una segunda naturaleza...

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