Víctimas y debido proceso

AutorRaúl Plascencia Villanueva

Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos

El debido proceso constituye una de las más importantes conquistas en el ámbito de la justicia, ha sido parte de un reclamo histórico para lograr que toda persona sea juzgada sólo a propósito de delitos previamente existentes, que realmente haya cometido y tener la posibilidad de defenderse en un proceso ajustado a un mínimo de formalidades esenciales.

Por ello es que la observancia de los derechos humanos en todo proceso constituye su fundamento esencial y resulta a la vez una exigencia, ya que en caso de vulnerarse lastima no sólo a quien es juzgado, sino también a la víctima, pero particularmente a la sociedad y a las instituciones del Estado.

Sin lugar a dudas, cuando la actuación de las autoridades falla derivado de excesos u omisiones, dichas circunstancias dificultan el esclarecimiento de los hechos, incluso en alguna medida puede ocasionar severas distorsiones en ellos, de ahí la necesidad de que existan consecuencias jurídicas a todo desvío del ejercicio del servicio público, como la mejor forma de evitar su repetición.

Es necesario advertir el importante papel que juega el debido proceso, orientado a garantizar que no se prive a ningún individuo de la oportuna tutela de sus derechos. No es el hecho de cumplir con un trámite cualquiera o dar la apariencia ordenada y simplista de seguir el procedimiento, impone la necesidad de actuar con la debida diligencia para evitar que se transgredan los derechos de los involucrados.

Esto implica ciertas garantías mínimas que aseguren al imputado, primero su dignidad como persona y segundo la posibilidad de ejercer su derecho de defensa. Se trata de evitar que se cometan arbitrariedades o abusos de parte de la autoridad, pero también para que la justicia llegue a favor de quien fue víctima del delito. Es plenamente condenable que un inocente esté en prisión, como lo es también que un delincuente salga a la calle.

Las víctimas del delito han sido por mucho tiempo, el "personaje olvidado" por la justicia; se presta mayor atención al acusado, lo que propicia en la sociedad reacciones de intolerancia, que se suele expresar en actos de linchamiento que buscan ejercer justicia por propia mano. La sensación de inseguridad se acentúa cuando la víctima no recibe atención, información y respuesta adecuada a su grave situación individual, familiar y social.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX se realizaron importantes esfuerzos por revalorar...

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