Violencia infantil

AutorRamón Clériga

¿Son los recreos paraísos de la infancia? Ciertamente no y una cosa es segura: la violencia ha crecido entre los menores y contrariamente a lo que se cree, no solamente entre la población económicamente desfavorecida. Ante el mayor índice de violencia en la infancia, la angustia de los padres crece; esto ha llevado a un aumento de las consultas psicológicas por padres desbordados y a discusiones sobre preguntas como: ¿hace falta castigar o prevenir?

NO TODOS SON IGUALES

Para muchos padres es difícil saber si se encuentran ante un problema mayor cuando se preguntan cosas como: "¿Qué es un niño con problemas, el que grita cuando se le dice no, el que golpea a sus compañeros en el recreo o el adolescente que se pelea a la menor provocación?".

Estas conductas agresivas, a menudo no bien advertidas por los maestros, llevan a un número creciente de padres a visitar psicólogos, pero no sólo por inquietud, si no también porque, con frecuencia, no se sabe distinguir lo normal de lo anormal. Es necesario saber establecer la diferencia: los niños que presentan un verdadero problema son violentos persistentemente, la agresividad es para ellos una forma de reacción y se encierran en una espiral destructiva, en cualquier edad y medio social.

Hay niños de 4 años de una gran violencia que no tienen nada que ver con los que se pelean de vez en cuando y que son sensibles a una explicación o a una sanción. Así, hay matices, niveles, que muestran la gravedad del estado del menor agresor.

Estas manifestaciones, a veces espectaculares, como el caso de un niño que durante meses gritó, mordió a sus compañeros y destrozó sillas en la escuela, no son la enfermedad, son el síntoma, por lo que hay que actuar no sólo sobre los efectos, sino que hay que detectar las causas. Sin esto, no se puede realizar una ayuda eficaz.

LA AGRESIVIDAD FORMA PARTE DEL DESARROLLO

Es fundamental evitar la aproximación simplista al comportamiento antisocial de un niño. Hay que ser muy prudente, ya que los niños son seres que aún están formándose, son seres que pasan por etapas de desarrollo indispensables, entre las que la agresividad forma parte, que puede transformarse en violencia, por ejemplo: los pequeños de alrededor de 2 años tienen una manera normal de ser violentos. De igual forma, en la adolescencia hay expresiones de violencia como una manera de oponerse, que no tiene el mismo sentido que un trastorno.

Ahora bien, esta energía, estos impulsos deben ser canalizados al mismo...

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