Visión Internacional / Brasil: ¿un nuevo protagonista?

AutorTheotonio Dos Santos

Sólo algunas voces de rebeldía llamaron la atención para la política imperialista en desarrollo en los Estrados Unidos. A Brasil bastaba que le dejasen establecer libremente sus límites territoriales.

Otro interés brasileño era la política emigratoria que estaba impregnada de racismo pues visaba sobretodo sustituir la mano de obra esclava recién liberada al final del siglo XIX. Su objetivo era emblanquecer el país para escapar de una amenaza de convertirse en un Haití que tanto asustaba a la oligarquía criolla. No es por nada que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil (el Itamaraty) no tiene, hasta nuestros días, en sus filas ningún negro.

A partir de los años 30 del siglo XIX, el aparecimiento de un proyecto industrial nacional empezó a introducir elementos nuevos en la política exterior brasileña.

La II Guerra Mundial y la confrontación ideológica que la enmarcó ha tocado a la opinión pública brasileña que luchó por la participación del país en la guerra al lado de los Aliados. Vargas supo aprovecharse de la situación para obtener concesiones estadounidenses a favor de la industrialización de Brasil.

En la posguerra se registra un proceso de absorción por Estados Unidos que cuenta con el apoyo de un sector liberal de la alta oficialidad y de la clase media. La burguesía industrial, que había tenido simpatías por el fascismo no dejó de aspirar una afirmación nacional, para la cual contaba con las simpatías del Partido Comunista. En los años 50 se establece una fusión definitiva entre el nacionalismo económico y aún el cultural y la izquierda brasileña reconciliados en torno de la lucha por el desarrollo y la industrialización que encontró en Juscelino Kubistchek su más alta expresión.

Durante su Gobierno, Brasil propuso una operación panamericana por el progreso y el desarrollo que no prosperó. Al mismo tiempo la voluntad desarrollista se impuso sobre las restricciones del FMI, contra el cual se insurreccionó el presidente Juscelino Kubistchek dando secuencia a su programa de profundas transformaciones socioeconómicas del país. Pero el proyecto desarrollista reservó un amplio espacio al capital internacional que terminó dominando los sectores más importantes de la economía brasileña.

En todo caso, la afirmación de un proyecto de desarrollo nacional, independientemente de su aceptación del rol del capital internacional, no dejó de exigir una mayor definición de la política exterior brasileña. Esta nueva situación se manifestó en...

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