Viven gitanos según su ley
| Autor | Ángel Villarino |
Enviado
SUTO ORIZARI, Macedonia.- Entre un cementerio y una cárcel se encuentra Suto Orizari, el poblado gitano más grande de Europa y el único del mundo con un Ayuntamiento propio, cuya autoridad fue reconocida por el Gobierno de Macedonia hace diez años.
Un puente de cemento de estructura soviética y un arroyuelo colmado de basura delimitan la entrada a la ciudad, en el que viven en torno a 40 mil personas, de las cuales tan sólo unas 21 mil están inscritas en el censo municipal.
En la calle principal se organiza cada mañana uno de los mercados más populares de Macedonia, en el que se venden todo tipo de artículos.
Salchichas, huevos, verduras frescas, artículos de limpieza, juguetes baratos y todo tipo de prendas llegadas desde China, Turquía y Bulgaria, colman las tiendas y barracas. Lo que no se vende es carne de cerdo, ya que los gitanos macedonios son mayoritariamente musulmanes.
La capital de Macedonia está tan sólo a 12 kilómetros de Suto Orizari y sus habitantes acuden a comprar a los tenderetes gitanos, que tienen los mejores precios del país y hasta donde se llega en taxi pagando menos de dos dólares.
La pobreza extrema y la suciedad de las calles contrastan con la alegría de sus vecinos, que sonríen, comen y juegan por las callejuelas, entre montones de desperdicios, hogueras de plásticos y hierros oxidados.
Los contrastes del lugar inspiraron una de las primeras películas del director serbio, Emir Kusturica. En "El tiempo de los gitanos. Una casa para ahorcarse", el realizador de "Gato Negro, Gato Blanco" y "Underground" reflejó la miseria y la alegría desbordante de sus gentes.
Más de la mitad de los habitantes de Suto Orizari viven en pobreza extrema y un porcentaje aún mayor no sabe leer, ni escribir.
La localidad se fundó en 1963, cuando un terrible terremoto destruyó la mitad de las casas de Skopje, la capital del país. Los gitanos damnificados fueron instalados en esta explanada a 12 kilómetros de la capital y allí se han quedado.
Todavía pueden verse las barracas construidas por el Gobierno Macedonio después del terremoto, estructuras que los vecinos aún usan para vender, alojarse y en torno a las cuales se han edificado viviendas.
Con todo, muchos consideran Suto Orizari un paraíso gitano, y algunos de sus vecinos se han construido casas de dos pisos pintadas con colores alegres y repletas de ornamentos dorados, luces de colores y ventanas de madera.
Desde que los habitantes de este poblado obtuvieron el reconocimiento...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba