Empresa/ Vuelta la burra...

AutorAlberto Barranco Chavarría

... por más que se mantiene intacta la afiliación voluntaria a las Cámaras industriales o comerciales, como lo plantea el ordenamiento de 1996 al que se pretende derogar.

Textualmente, el anteproyecto que se diseñó con la bendición del Consejo Coordinador Empresarial, señala en su artículo 16 que la afiliación a las Cámaras será un acto voluntario de los comerciantes o industriales, pero "la inscripción y registro para el SIEM en la Cámara que corresponda al giro comercial o industrial será un acto obligatorio para las empresas, que no obligará al pago de cuota alguna de afiliación más sí (sic) al pago por el registro".

Como recordará usted, la sorpresa frente al júbilo de las bases empresariales por el fin de la afiliación obligada a las Cámaras prevista en la Ley de las Cámaras de Comercio y de las de Industria vigente desde 1942, fue que el Gobierno se sacaba de la manga una nueva Espada de Damocles, al obligar ahora a las firmas a inscribirse al esquema calificado por la entonces Secretaría de Comercio como "el mejor instrumento para hacer negocios".

La maniobra era evidente: Cancelada la posibilidad de multimillonarios ingresos cautivos del pago de las cuotas de inscripción anual, ante el evidente hastío de las empresas por la nula efectividad de los organismos, éstos tendrían al menos un dulcesito para evitar su desaparición: Cáite con tu pago del trámite de registro al SIEM...

Como recordará usted, Cámaras que presumían de afiliar a 60 o 70 mil socios se quedaron con 10 mil y en algunos casos con 3 mil, tantito por la raquítica defensa de los intereses gremiales frente al Gobierno; tantito por la ausencia de vías democráticas para sustentar la representación; tantito por la escasa oferta de servicios; tantito por el uso de las cuotas como botín de los dirigentes, y tantito por el uso de los cargos como trampolín para escalar posiciones políticas o burocráticas...

Y como recordará usted, en la avidez por alcanzar de-lo-perdido-lo-que-aparezca, las Cámaras se lanzaron al abordaje de todo lo que se moviera, lo mismo un puesto de dulces fuera de uno de aquellos cines de barrio, que el comal de fritangas de la portera de la vecindad o el rosticero al aire libre para pescuezos de pollo...

Y a mi me vale si el salón de belleza de la esquina o a la peluquería de paisaje no les interesa estar en un registro vía internet para alcanzar fama y prestigio a nivel global.

Y si no había dinero, qué le hace si me lo va pagando en especie. Por lo...

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