De Washington a Uruapan

AutorSilvia Garduño

Oscenia Jaimes nunca pensó que el Presidente Adolfo López Mateos, su antiguo profesor de la Universidad, la reconocería en su visita a Washington en 1959. Ella trabajaba en la Embajada de México y había sido una de las organizadoras de la recepción al mandatario, quien, sin preguntar su nombre, se acercó a saludarla.

Gracias a López Mateos, entraría formalmente al Servicio Exterior Mexicano (SEM), y entre 1962 y 1993 se desempeñaría como encargada de protocolo y secretaria particular de siete embajadores mexicanos en Washington: Antonio Carrillo, Hugo Margáin, Emilio Rabasa, José Juan de Olloqui, Bernardo Sepúlveda, Jorge Espinosa de los Reyes y Gustavo Petriccioli.

Sin embargo, sus 32 años de servicio y su discreción sobre los asuntos de Estado no se ven reflejados en una pensión digna.

De 86 años, se jubiló a los 65 -edad obligatoria para los miembros del SEM- con una pensión de mil 600 pesos mensuales. Ahora recibe poco más de 6 mil.

Sin hijos que la apoyen, tuvo que buscar trabajo para poder pagar sus gastos en Cuernavaca, primero en Caminos y Puentes Federales, y posteriormente en la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en Morelos.

En junio pasado, la delegación no le renovó su contrato, lo que la obligó a mudarse a Uruapan, Michoacán, donde vive una sobrina...

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