¡Conmigo no juegas!

AutorJorge Jair Meléndez

Afuera está lloviendo a cántaros. No hay partido en la televisión y tienes la tarde libre. En lugar de salir a sufrir con las inundaciones, te sientas en el sillón de la sala de TV y sacas de su caja esa X-Box tan cara que compraste hace un par de meses y que sólo habías utilizado en una ocasión.

Conectada como debe de ser, insertas el disco compacto del juego FIFA 2002 y decides revivir la Final de la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002.

Por obvias razones de idiosincrasia y cercanía geográfica escoges a Brasil. Todos están ahí: Rivaldo, Ronaldo, Roberto Carlos, Cafú y Ronaldinho. El uniforme es el oficial y hasta los zapatos de los jugadores electrónicos son iguales a los de sus referentes de carne y hueso. La adrenalina comienza a correr por tu cuerpo cuando imaginas tener para ti solo el control de tantos cracks.

Saltas a la cancha virtual del Estadio de Yokohama y esperas a tu rival.

Aparecen uno a uno: Ballack, Klose, Bierhoff, Ramelow; te frotas las manos esperando a que inicien las hostilidades. Ya están 10 alemanes en la cancha, pero uno brilla por su ausencia... de pronto, se congela la pantalla y se pone blanca.

Sale entonces un mensaje: "Lo sentimos mucho, pero Oliver Kahn no permite que usted utilice su nombre en este juego" y la consola se apaga.

El cisma del "Gigante"

Hace dos semanas el diario alemán Bild sorprendió con una nota en la que aseguraba que el portero Oliver Kahn había puesto a trabajar a sus abogados para demandar por apropiación de imagen a los responsables del popular videojuego FIFA 2002, que permite al usuario simular partidos con sus equipos y jugadores preferidos.

El guardameta de la Selección germana y del Bayern Munich busca detener la comercialización ajena de su imagen por lo que presentó una demanda ante la audiencia de Hamburgo contra la empresa EA Sports.

La acción emprendida por Kahn rompe el silencio que durante algunos años han guardado los jugadores de futbol cuyos nombres son usados en videojuegos alrededor del mundo.

Una vez más se pone sobre la mesa el espinoso tema de los derechos sobre la imagen de los jugadores, una cuestión que se encuentra fuera de una legislación clara por parte de la FIFA y que permite que haya lagunas en esta cuestión, no sólo en lo que a videojuegos se refiere, sino que va desde cuestiones elementales como las firmas de ropa o zapatos.

El nombre es dinero

En el mundo moderno del futbol, los nombres de los clubes se han vuelto marcas registradas, y la comercialización de estas marcas ha generado recursos tanto o más importantes que los obtenidos por concepto de derechos televisivos o entradas a los estadios. El Manchester United y el Real Madrid son los ejemplos más claros de cómo se debe manejar la imagen de un equipo como parte del activo fijo de un club.

Es precisamente el Real Madrid, desde la llegada a sus filas del portugués Luis Figo, el que inició la reglamentación interna en cuanto a los derechos de explotación de la imagen de un jugador.

Para el equipo español, Figo vestido de blanco es una mercancía que tiene un alto valor comercial.

Por supuesto, el hacerse de...

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