¿Qué hacer con Pemex?

Enfoque / Staff

En el diagnóstico no hay discrepancia: Petróleos Mexicanos requiere de una inyección urgente de recursos y nadie se puede dar el lujo de no hacer nada. Sin embargo, en el cómo está la diferencia que paraliza toda acción ante una empresa que resulta central para la economía del país y que, además, se ve lastimada en sus propias posibilidades por el abuso que sobre ella se ha cometido.

Cinco especialistas -George Baker, Jonathan Heath, Francisco Rojas, Luis Rubio y David Shields- aceptaron responder a la pregunta ¿qué hacer con Pemex? Estas son sus respuestas.

George Baker

Una visión no Pemexcéntrica

Por más de un año, en relación a esta incógnita, hemos pensado que una contestación Pemexcéntrica sería una gran equivocación. Es decir, una propuesta que mantuviera a Pemex como el sol alrededor del cual gira la gestión pública en materia petrolera sería ignorar los beneficios que se podrían obtener con otra visión del petrocosmos. Así que no coincidimos con las propuestas escuchadas sobre la “autonomía de gestión” de Pemex, ni de su reestructuración “macro” que consolidaría las cinco (con el PMI) subsidiarias en una sola empresa, y mucho menos de la iniciativa del sexenio pasado de gobernar Pemex mediante un sistema de “macro procesos”.

En igual proporción, discrepamos tanto con los que dicen que Pemex carece de “tecnología de punta” como con los que dicen que en Houston existe un “Wal-mart petrolero” en donde puede comprarse el producto o servicio que se quiera.

Por cierto, sí pensamos que se puede y que se debe fortalecer a Pemex como empresa, haciéndola más eficiente, más ambiciosa (como decía, en su momento, Raúl Muñoz Leos), pero solamente como efecto colateral de otras medidas, no como una finalidad aislada en sí.

Mencionamos cuatro medidas: Pensemos en el caso, tal vez remoto, de que existieran depósitos comerciales en yacimientos transfronterizos en el Golfo de México con Estados Unidos (y, por Dios, con Cuba). ¿Qué hacer? Seguramente tenía razón el maestro en ciencias Luis Ramírez Corzo en su comparecencia ante la Comisión de Energía del Senado el 22 de noviembre de 2006. Insistió en que el gobierno impulsara un acuerdo de unitización con el gobierno de Estados Unidos mediante una reforma del Tratado del Polígono Occidental de 2000. (Sobre este tema véase mi artículo en el número actual de Energía a Debate.)

Así, México puede acercarse al modelo del “Mar de Norte”, un modelo que, mediante una dinámica de competencia, cooperación y vigilancia pública, ha impulsado el desarrollo regulatorio, empresarial y económico de los países de la región. Mediante un acuerdo de unitización Pemex podría entrar en coinversiones como socio con otras petroleras en la región de la línea divisoria y allí, en pocos años, obtener la experiencia operativa que no se puede comprar en ningún “Wal-mart”, o por medio de las cuestionablemente llamadas “alianzas tecnológicas”. Obvio que habría costos políticos al poner en su lugar los incentivos y candados, pero el costo de no hacer nada seguramente será mucho mayor.

Según las estimaciones de Pemex, existen 29.5 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente en aguas profundas. El primer barril extraído será durante el próximo sexenio, pero corresponde a esta administración poner la mesa para su futura extracción.

En tierra, habría que normalizar el trato jurídico a los ductos de Pemex. Como señaló el director general de Pemex en su primer ronda de prensa el 7 de febrero, es origen de fuertes distorsiones económicas el permitir inversiones de la iniciativa George Baker Una visión no Pemexcéntrica privada en gasoductos pero prohibir tales inversiones en ductos para hidrocarburos en forma líquida. “Transportar gasolina en auto-tanques nos cuesta nueve veces más que su transporte en ductos”, dijo el doctor Jesús Reyes Heroles G.G.

En el ciberespacio financiero sería conveniente retomar una medida discutida en el sexenio pasado de bursatilizar 20 por ciento de las acciones de Pemex en una bolsa abierta a inversionistas del mercado global. El motivo de tal medida rebasa, por mucho, fines meramente financieros: el efecto sería introducir una fuerza para enderezar la cultura de Pemex y la vigilancia pública. Pregúntesele a la gente de Statoil o de Petrobras sobre...

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