¿Una presidenta 'pingüina'?

AutorDiego Reynoso

Todas las encuestas que se publicaron esta última semana señalan ganadora de la contienda electoral del 28 de octubre a la candidata oficialista del Frente para la Victoria, Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Senadora nacional y además primera dama. La especulación acerca de que la futura Presidenta sería "pingüina" (en alusión al origen patagónico de la candidata y a un término empleado por el propio Néstor Kirchner al arranque de la campaña) comenzó hace más de un año. Razones sobran para ver en ello un acto de "nepotismo". Pero no menos cierto es que Cristina tiene en su haber una trayectoria política incuestionable. En 1985 fue electa diputada provincial en la provincia de Santa Cruz, en 1993 fue electa diputada nacional por esa misma provincia, y convencional de la Asamblea Constituyente que redactó la reforma constitucional de 1994. En 1995 y 2001 fue electa y reelecta como diputada y senadora nacional por Santa Cruz, y en 2005 fue electa senadora nacional por la provincia de Buenos Aires. No hace falta insistir, pero su visibilidad y su protagonismo político preceden incluso a las de su marido, quien se convirtió en Presidente en 2003 gracias al respaldo del entonces presidente Eduardo Duhalde. Independientemente de los gustos personales, no cabe duda que la candidatura presidencial de CFK no se debe sólo al no menor hecho de ser la señora del Presidente, sino también a su indudable e incuestionable trayectoria política.

Siguen siendo enigmáticas las razones por las cuales el presidente Néstor Kirchner renunció a buscar la reelección, cuando la Constitución y su popularidad se lo permitían, y favoreció la candidatura de CFK. De todos modos, el oficialismo parece ser invencible en la próxima elección. Las causas son varias. En primer lugar, figuran los resultados del gobierno. En términos gruesos, este gobierno deja un país un poco mejor que el que encontró en materia de empleo, crecimiento, pobreza y, hay que decirlo, una política incuestionable en materia de derechos humanos. La crisis del 2001-2002, parece haber sido superada, y ello no es un dato menor. No obstante, en los nuevos temas que han ingresado a la agenda electoral el gobierno no ha podido mostrar buenos resultados: inflación, seguridad, corrupción y deterioro de la calidad institucional; pero no logran todavía ser cuestiones electorales determinantes.

En segundo lugar, el tamaño de la coalición oficialista. La estructura político electoral que impulsa la candidatura...

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