¿Un TLC en seguridad?

AutorDavid A. Shirk

¿Las fronteras inteligentes hacen buenos vecinos? Los esfuerzos recientes para reparar las dañadas relaciones de México y Estados Unidos se centraron en asegurar nuestras fronteras, como una forma de hacer las paces. Hace unos días, Santiago Creel, secretario de Gobernación, y Tom Ridge, secretario de Seguridad Interna, se reunieron en San Diego.

Esta es la reunión de más alto nivel entre funcionarios de los dos países, desde las tensiones creadas por el debate sobre Iraq en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. México se encontró en un asiento caliente porque poseía uno de los votos del Consejo que pudo haber proporcionado mayor legitimidad al esfuerzo encabezado por Estados Unidos. Abiertas advertencias de la embajada estadounidense y diplomáticos destacados, como Henry Kissinger, causaron una preocupación -aunque infundada- de que México y sus ciudadanos se convertirían en víctimas de una repercusión negativa por parte de Washington.

Ahora que el debate y el mismo régimen iraquí parecen ser reliquias del pasado, Estados Unidos y México están trabajando para reafirmar los importantes lazos que los unen. En el centro de la nueva agenda para el futuro previsible estará la ampliación de las relaciones entre México y Estados Unidos desde los términos económicos del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC) hasta la construcción de una nueva sociedad de seguridad para abordar los retos tanto antiguos como las nuevas amenazas del terrorismo a lo largo de la frontera de México y Estados Unidos.

Relaciones seguras

Para frustración de los funcionarios estadounidenses, los problemas reales y percibidos en la impartición de justicia mexicana -desde la falta de recursos hasta la corrupción-, con frecuencia han establecido límites en la cooperación bilateral. Mientras tanto, las autoridades mexicanas expresan frustración acerca del percibido unilateralismo y falta de atención estadounidense a propuestas mexicanas clave sobre la migración y la integración económica. Como resultado de estos retos, la abrumadora conclusión entre muchos observadores es que no hay "comunidad de seguridad" a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.

Al principio de la administración de George W. Bush, hubo la promesa de corregir ambas tendencias. Las declaraciones de Bush respecto a que los antiguos retos de seguridad fronteriza provenían de la demanda del lado estadounidense representaron el reconocimiento, largamente postergado, de nuestras...

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