Crean jardín escultórico

AutorÉrika P. Bucio

A partir de piezas icónicas del diseño del siglo 20, el artista visual Edgar Orlaineta (Distrito Federal, 1972) creó un "jardín escultórico" en el Museo Universitario del Chopo.

Alteró piezas como, por ejemplo, las sillas de Charles Eames y Harry Bertoia para crear una instalación "La historia, ella misma y yo", donde el artista cuestiona la historia del diseño.

"La historia habla de sus virtudes técnicas, pero nunca se da cuenta que son objetos postsurrealistas que tienen influencia del arte de la época", expone.

Orlaineta creó una de sus escultura a partir de la unión de asientos metálicos de sillas Bertoia con un frutero de mercado.

"Ese frutero es tan hermoso como una silla Bertoia", asevera. "¿Por qué uno está en las calles de México y otro en un museo?"

El visitante no encontrará una cédula en la sala por decisión de Orlaineta, no quería distractores para la instalación. Ofrece, en cambio, seis imágenes que resumen los motivos que han estado en su cabeza desde hace mucho tiempo y que dan pistas sobre el origen del proyecto.

Una fuente es una imagen de Esta tierra torturada, un relieve de 1943 del escultor Isamu Noguchi, con la tierra violentada por el hombre; otra más corresponde a la obra del escultor y diseñador finlandés Tapio Wirkkala, cuyo trabajo refleja las formas propias de la naturaleza.

Otra fuente es la gráfica generada en 1968 en el Observatorio Arecibo de Puerto Rico con las ondas de una estrella pulsar, una imagen que luego Joy Division utilizó como portada de su álbum Unknown pleasures.

"Estos tres objetos evocan de algún modo la relación con el mundo, el universo. En el fondo, toda empresa humana o científica atiende a la pregunta ¿qué es lo otro?, ¿qué soy yo?", dice.

Lo que acaba de plantear, matiza, puede ser denso, existencialista. "Pero creo que la obra es jovial".

El resto de las imágenes remiten al prototipo de Eames para su silla moldeada, otra más es una composición con asientos de sillas Bertoia colgados como un móvil -evocando el trabajo de Alexander Calder o Joan Miró- y una silla de fibra de vidrio, de forma orgánica.

El relieve de Noguchi, por ejemplo, inspiró el relieve de una cara sonriente sobre la superficie de una mesa, rodeada de

volúmenes de madera torneados por el propio Orlaineta, mientras que los respaldos y patas de las sillas...

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