Carta/ El engaño

Sr. Director:

Procedo, como corresponde, a atender la crítica que el señor Raúl Gutiérrez y Montero vierte sobre mi intervención en este mismo espacio de, donde me referí al lanzamiento del libro El alma del ombudsman, cuyo autor es nada menos que el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis de la Barreda, a quien su defensor profesa gratitud porque lo ayudó a activar una denuncia presentada ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que desde mayo de 1999 estaba "escasamente atendida".

No niego que me indigna la arrogancia de quien siendo el servidor público más obligado a la verdad, el autonombrado "ombudsman", intente engañar al pueblo diciendo que a él se debe el abatimiento --si es que se da-- de la práctica de la tortura, respaldando su dicho en que hace 10 años (cuando no existía tipificado el delito de tortura en nuestro Código Penal) no se había procesado a nadie por ese ilícito. Como de igual manera me irrita el que omita el señalamiento histórico --ese sí definitivo y definitorio-- de la lucha de organizaciones no gubernamentales y de personalidades de la estatura de doña Rosario Ibarra de Piedra, en el combate de ese flagelo de nuestra vida pública.

Lo que el señor Gutiérrez y Montero suponga que me mueve a tales expresiones es de su cosecha, pero como creo en su buena fe y en su sentimiento de gratitud por el servicio que le prestó la CDHDF, le ruego a mi interlocutor que de paso reconozca que cuando era procurador general de Justicia del Distrito Federal José Antonio González Fernández, bastaba, como a mi me ocurrió, presentar la queja ante la Contraloría de la propia Procuraduría para que se procediera contra un Ministerio Público negligente o como bien recuerdo, fincando responsabilidades a un Policía Judicial corrupto (que por cierto fue recontratado en esta administración), y no se hacía necesario el trámite ante la Comisión de Derechos Humanos.

De igual manera como critiqué en su oportunidad, debo reconocer ahora, que se dejaron como avances de entonces, que sólo parcialmente, se han proseguido, la reestructuración y reglamentación del apoyo pericial en orden a profesionalizarlo; las reformas a la ley orgánica para el establecimiento del servicio civil de carrera...

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