10 de Mayo confinado

AutorCésar Martínez, Antonio Baranda, Jesús Guerrero, Pedro Sánchez Briones, Iris Velázquez, Estefanía Escobar y Aline Corpus

El Día de las Madres transcurre entre encierro y tensión. Una trabajadora de maquila, la madre de un desaparecido, una ambulante, una policía, familiares de una enferma de Covid y personal de salud relatan cómo vivirán este día.

'Ahora no podemos marchar para gritar'

César Martínez

En el Día de la Madres, el encierro obligatorio por el Covid-19 atormenta y deprime a mujeres que buscan a un hijo desaparecido.

Por primera vez desde 2012, las madres no podrán marchar este 10 de mayo por las calles de la CDMX, en una movilización en la que miles exigían, con lágrimas y gritos, solución a las autoridades federales y estatales.

"Estoy bien mal, aparte de que no lo puedo encontrar y todavía se atraviesa esto, y no salir a búsqueda, pues me siento fatal", comenta María Cleofas, conocida como "Manky" entre Las Rastreadoras de Los Mochis, Sinaloa.

La mujer de 64 años busca desde el 19 de junio de 2015 a su hijo Juan Francisco Angulo, quien fue levantado a sus 33 años por un grupo armado cuando instalaba una lámpara de alumbrado público en el municipio.

"Siempre andamos en el monte, buscando, y ahora no podemos ni siquiera marchar para gritar y decirles que queremos a nuestros hijos, que la gente se dé cuenta que los desaparecidos sí tienen madre y nos duelen", agrega.

Las Rastreadoras de El Fuerte es un colectivo de mujeres reconocido internacionalmente por realizar las búsquedas que las autoridades no se atrevían, a pesar de amenazas del crimen organizado.

Pero ahora el SARS-CoV-2 las frenó en seco, y eso ha afectado a las madres, reconoce Mirna Medina, fundadora del colectivo.

"No nos detuvo el narco, no nos detuvieron las Policías, no nos detuvo el sol ni la lluvia, nos detuvo esta gripa espantosa", dice.

Dese Nayarit, coincide Virginia Garay, del colectivo Guerreras en Búsqueda de Nuestros Tesoros.

"Poder salir es muestra de que estamos haciendo algo por nuestros hijos, el hecho de quedarnos en casa es como muy fuerte, muchas mamás, incluyéndome, hemos tenido depresión fuerte, no podemos dormir, o ese tipo de cosas, porque sentimos que no hacemos nada por nuestros hijos", reconoce.

Ella busca a su hijo menor, Bryan, desaparecido en Tepic el 6 de febrero de 2018, cuando iba de camino al puesto de hamburguesas que atendía.

Las madres de todo el País alistan videos para inundar este domingo las redes sociales con sus casos, y es que advierten que no dejarán de buscar a sus hijos.

Como prueba de la tenacidad de una madre está el caso de María Guadalupe Ayala Contreras, quien va recolectando pedazos de su hijo, Alfredo Ezequiel Campos Ayala.

El joven de 25 años se dedicaba a la compra de metales y cartón en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, hasta que el 26 de septiembre pasado cuatro hombres armados se lo llevaron a bordo de una camioneta.

"El 22 de febrero de este año, me hablan de la Fiscalía, que hallaron un indicio de mi hijo en las fosas de Lomas del Mirador 2. Yo voy. Mi hijo tenía tatuajes y resulta que era su antebrazo, así nada más, del codo a la mano", cuenta Ayala Contreras, en entrevista telefónica.

Unas semanas después encontró en el Servicio Médico Forense de Guadalajara una pierna de su hijo, de la rodilla al pie, de nuevo reconocido por sus tatuajes.

"Seguí buscando, buscando, buscando, porque en la Fiscalía no me resuelven nada; y hace 15 días hallo el torso de mi hijo, ahí fue donde me pegó más, porque esas partes estaban ahí desde febrero", agrega, con la voz entrecortada.

"Es muy difícil para mí, ahora en el Día de las Madres, yo encontré 3 partes, y si me lo dejaron en 10 partes, quiere decir que me faltan 7 partes, yo sé que él ya no está, pero para mí es un desaparecido porque todas sus partes no están".

En Guerrero, el colectivo Los otros desaparecidos de Iguala informó que la entrega de 22 cuerpos identificados ya estaba programada para el mes de abril, pero a causa de la contingencia sanitaria la entrega a sus familias se pospuso.

'Ha habido triunfos y algún fracaso'

Antonio Baranda

"Seguiré trabajando y no me daré por vencida. ¡Besos hasta el cielo madre mía! Eres la mejor madre del mundo. Tú y mi hija son lo que más amo en mi vida".

Con estas palabras remató la oficial Salgado, de la Guardia Nacional (GN), una misiva que le escribió a su madre hace varios años con motivo del 10 de mayo, y con la cual ganó un concurso de cartas organizado por la Policía Federal (PF).

La oficial de 36 años de edad, madre de una adolescente de 16, pertenece actualmente a la Dirección General de Seguridad en Carreteras e Instalaciones de la GN. Ingresó a la institución el pasado 16 de enero, después de laborar 10 años en la extinta PF.

"Ha sido una experiencia muy grata, es un sacrificio dejar a nuestras familias, pero también es una gran satisfacción sentir que estás haciendo algo por tu país, algo bonito, algo que te gusta, que disfruto", expresa en entrevista.

"He viajado por largos periodos, pero esas situaciones no han sido un obstáculo (...) ya que siempre he tenido buena comunicación con mi hija, quien me apoya y me brinda en todo momento su comprensión, el diálogo ha sido una base fundamental".

Originaria de Iguala, Guerrero, Salgado estudió la Licenciatura en Derecho, pero decidió incorporarse a las filas de la PF porque desde niña soñó con ser policía y "andar en una patrulla", y también porque vio en la corporación una oportunidad para sacar adelante a su hija...

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