Los 60 / Stanley Kubrick

AutorGuadalupe Loaeza

Hace días, tuve la suerte de visitar en Monterrey la exposición dedicada al maravilloso director Stanley Kubrick. Qué afortunados son los regios con un museo como Marco, uno de los mejores de América Latina.

Desde que vi la paloma de 6 metros que hizo mi amigo Juan Soriano, me sentí como en casa. Desde el 6 de marzo, se exhiben más de 800 piezas en una muestra dedicada al director de La naranja mecánica. Gracias a ella, pude ver el vestuario de sus películas, todos sus carteles, proyecciones de varios fragmentos y hasta la máquina de escribir que usa Jack Nicholson en El resplandor. Asimismo, están los vestiditos de las gemelas terroríficas que aparecen en la misma película.

Por cierto, también se encuentra el famosísimo traje de simio que apareció en 2001: Odisea del espacio. Dicen que Kubrick no ganó el Óscar al mejor vestuario porque los jueces pensaron que, efectivamente, eran unos changos los que aparecían al comenzar la película.

Kubrick cambió la manera de hacer cine, asombró a todo mundo con su libertad y su mirada irónica y profunda. Sin duda, los años 60 habrían sido muy diferentes sin sus películas. Este director alcanzó la celebridad con sólo 13 largometrajes. No filmó muchas cintas, pero cada una de ellas daba de que hablar, era esperadísima por el público de América y Europa, y se convertía de pronto en un modelo a imitar. De esas cintas, en los 60 sólo filmó tres: Lolita (1962), Dr. Strangelove (1964) y 2001: Odisea del espacio (1968). Si nos fijamos bien, podemos ver que no tienen nada que ver entre ellas, quizá lo que las haga parecerse es el espíritu aventurero de Kubrick.

Nos preguntamos, en primer lugar, ¿qué lo hizo ocuparse de la famosísima novela de Vladimir Nabokov? A fines de los 50, todo mundo hablaba de Lolita, la historia de un profesor, Humbert Humbert, que se casa con una viuda sólo para seducir a su hija, Lolita, o "Lo-li-ta", como él lo pronuncia, separando cada sílaba, como para saborear cada una de ellas. Nadie se imaginaba que el autor era un tímido maestro de literatura que llegaba a sus clases y hablaba con mucha seriedad. De esta novela, Kubrick se fijó sobre todo en los conflictos personales, en las crisis íntimas de los personajes. De ahí que todos los personajes de la cinta tengan una personalidad única e inquietante.

Quizá Humbert Humbert es el más complejo, con su personalidad teatral y medio desquiciada. Pero también es compleja Lolita, representada por una jovencita de 14 años, Sue Lyon, con sus...

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