Aborto ¿Penalizar o liberalizar?: A favor de la RU486

AutorMarta Lamas

Enfoque / Especial

Los hechos: una niña de nueve años fue violada mientras sus padres trabajaban. Durante un mes, ella ocultó la agresión. Enfermó y en la consulta los médicos le detectaron además del embarazo, dos enfermedades venéreas. Ella y sus padres, dos campesinos pobres y analfabetas que trabajaban en Costa Rica regresaron a Nicaragua con el problema a cuestas.

Es la historia de "Rosa", que en enero pasado estuvo a punto de ser un conflicto internacional. Sus padres quisieron que abortara, pero el gobierno lo impidió y entonces intervinieron grupos feministas, que intentaron llevarla a Cuba. Incluso, de España les llegó una oferta de una clínica privada.

"Rosa" finalmente abortó en Managua pero ella, su familia y sus tres médicos fueron sometidos a una investigación judicial y la Iglesia Católica los excomulgó. Más de 26 mil activistas a favor de la despenalización del aborto de toda Iberoamérica reclamaron que fuera exonerada.

Difícilmente puede haber un ejemplo más concreto para dimensionar la actualidad del problema y encarar los dilemas éticos y jurídicos que plantea el aborto inducido. Este domingo 28, por décimo tercer año consecutivo, en América Latina se conmemora el "Día por la despenalización del aborto".

Enfoque presenta este conjunto de materiales con los argumentos tanto de quienes están a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, como de los que consideran un crimen la interrupción de un embarazo.

Al inicio del tercer milenio, el despliegue de nuevas tecnologías médicas, junto con un conjunto de cambios jurídicos y sociales, han replanteado muchas de las cuestiones que incidían en la prohibición del aborto. Hoy, la cuestión crucial es determinar quién decide si un embarazo no deseado prosigue o no: ¿las personas que tienen el poder para impedir o favorecer que se dé ese nacimiento, sin asumir ninguna responsabilidad concreta en su posterior crianza, o la persona que tendrá que hacerse cargo afectiva y económicamente en el día a día?

Como la consigna de aceptar "todos los hijos que Dios mande" no está respaldada materialmente por ninguna instancia eclesiástica o estatal que garantice las condiciones básicas para una vida digna, ni hay Estado o Iglesia dispuestos a solventar los costos económicos que dicho anhelo requiere, proseguir o no esos embarazos se perfila, cada vez más, como una decisión individual.

Así como la globalización de cambios jurídicos y legislativos respecto al aborto confirma una clara tendencia hacia su despenalización, también el avance de la ciencia abre nuevas perspectivas ante los dilemas que plantean los embarazos no deseados. Una de éstas es la píldora abortiva...

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