El aborto Resucitan la discusión

AutorLeticia Sánchez

Esta semana, las discusiones en torno al aborto volvieron a tomar fuerza con el caso de una adolescente embarazada durante una violación y que, aunque las autoridades reconocieron su derecho a abortar, le fue negado en las instituciones de salud.

La interrupción inducida del embarazo es motivo de argumentos médicos, psicológicos, sociales, económicos y religiosos, todos quieren que su voz se escuche.

Agrupaciones sociales luchan para erradicar la práctica del aborto, pero reconocen que esto es muy difícil, ya que incluso en países desarrollados la mujer es objeto de violencia sexual y está sujeta al margen de error de los métodos anticonceptivos.

Para la Iglesia Católica, el aborto es un pecado mortal, porque implica quitar la vida a un nuevo ser, independientemente de las causas que lleven a la mujer a tomar esta decisión.

Sin embargo, en cuestión de leyes rigen otros conceptos, pues en 32 códigos penales de la República Mexicana se establece que la mujer puede abortar si el embarazo es consecuencia de una violación, implica peligro de muerte, el bebé presenta deformaciones graves, hubo inseminación arti . cial no consentida o, en algunos casos, por causas económicas.

Ante este mosaico de argumentos, la gran interrogante es ¿Quién debe decidir la interrupción o no del embarazo? .

¿POR QUÉ NO?

Para la Iglesia, la vida comienza desde el momento mismo de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, explica Agapito Sánchez Preciado, sacerdote marista, quien ha proporcionado ayuda psicológica y espiritual a mujeres que han abortado o tienen planes de hacerlo.

Esta apreciación ha cambiado a través de la historia, en su momento San Agustín decía que el alma se incorporaba al cuerpo del neonato hasta que estuviera dotado de sentidos.

Santo Tomás de Aquino sostenía que el ingreso del alma al cuerpo del hombre ocurría a los 40 días después de la concepción y a los 80 días en las mujeres.

Es a partir de la Declaración sobre el Aborto, emitida en 1974, que la Iglesia deja de lado el argumento infusión del alma y sostiene que la vida inicia desde la procreación, por lo que quien practica un aborto comete un homicidio y está en pecado mortal.

De acuerdo con el dogma católico, el aborto es un atentando contra la vida y merece excomunión; sin embargo, la Iglesia es condescendiente con sus . eles, ya que si la mujer se arrepiente, la autoridad eclesiástica le puede otorgar el perdón.

La condena social también tiene peso para alguna mujeres, quienes...

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