Acceden los ciegos a nuevas tecnologías

AutorSilvia Garduño

Antes de empezar a usar la computadora, Joel, de 37 años, se asegura que las bocinas estén prendidas. Sin pulsar una sola vez el mouse, abre un documento de texto, navega en Internet y revisa su correo electrónico.

En una computadora contigua, Hilda -licenciada en Trabajo Social-, también confirma que bocinas estén encendidas para chatear con un amigo argentino, quien luego de saludarla, le comunica que hace mucho calor en Buenos Aires.

A pesar de estar ciegos, Joel y Hilda saben usar perfectamente la computadora, gracias a que tiene instalado el programa parlante "Jaws", el cual les indica las opciones que aparecen en el monitor y que pronuncia todo lo que escriben.

Hilda Laura Vázquez dirige el Centro de Atención Tecnológica de la Asociación Vida y Diseño que, desde noviembre, ofrece distintos servicios a personas con discapacidad visual, entre ellos, el acceso a una computadora.

Comúnmente, reconoce Hilda, se piensa que si una persona no ve, no puede realizar sola actividades de la vida cotidiana, como trabajar, divertirse y tomar sus propias decisiones.

"Intentamos proponer un proyecto nuevo, que más allá de concebir a la persona con discapacidad visual, de manera independiente y autónoma ofrecemos alternativas de acceso a la cultura, al trabajo, para apoyar y reforzar el estudio, y diseñar opciones que nos permitan trabajar de manera más especializada", comenta tras terminar su conversación vía Internet con su amigo argentino, que también es ciego.

Lectura y esparcimiento

Si hay algo que a Joel le gusta leer o escuchar, son las historias policiacas.

Recientemente escuchó el audiolibro "Secuestro de Miss Blandish", de J. Hadley Chase, que le prestaron en el centro, que cuenta con un acervo de 24 mil libros grabados, así como la opción de conseguir el que necesite el usuario.

Según Hilda, se han concentrado más en los audiolibros que en los libros en Braille, pues las impresiones en este sistema son costosas.

Una impresora en Braille está por arriba de los 40 mil pesos.

"Es costoso, porque se hace en un papel más grueso que el común y es mucho muy voluminoso; una hoja tamaño carta que ustedes escriben en tinta, para nosotros implica 3 o 4", dice.

Además de los libros en Braille y los audiolibros, también cuentan con voluntarios "normovisuales" que apoyan a las personas ciegas dando lectura a algunos textos.

Además de la lectura, quienes no ven también pueden disfrutar de una función de cine.

En una sala habilitada con sillas y un...

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