El Acero Desde Siempre

AutorIng. Magdalena Saldívar *

Resulta casi mágico que en el acero se conjunten un sinnúmero de cualidades que lo han conservado en la mente del hombre prácticamente desde siempre; la sola posibilidad de poder ser transformado de una y mil maneras, le confiere un lugar primordial e irremplazable a lo largo de la vida del ser humano.

Difícil sería imaginar la inexistencia del acero, basta recorrer la infinidad de objetos a nuestro alrededor en los que el acero, a veces en forma por demás discreta, forma parte de nuestro entorno, como el alma de refuerzo en los postes de alumbrado público, como vehículo conductor del vital fluido, como soporte de sólidas cimentaciones, o bien desde las imponentes y audaces edificaciones, hasta las turbinas para generar energía eléctrica, desde los aparatos electrodomésticos hasta el instrumental quirúrgico para preservar la vida.

Hay algo de humano en el acero, por más que habitualmente se le considere frío, ya que no es meramente una creación de la naturaleza, sino una manufactura hecha por el hombre mismo. El acero es mudo testigo del acontecer de la humanidad, por su cercanía y evolución con ésta, ya que ha formado parte de muchas épocas, de diversas guerras pero también de vastas proezas.

Hoy por hoy, el acero ha estado junto al hombre quizá, desde siempre: en la concepción de sus proyectos, de sus sueños, de sus inventos, de sus hazañas, de sus logros y sus desafíos, en los que se ha hecho acompañar de este material, ¿Cómo concebir los adelantos para transportarse?, ¿Cómo imaginar el desarrollo alcanzado hacia otras latitudes, hacia otros continentes, hacia otros planetas?

Nada resultaría explicable, sin antes entender lo que lo hace distinto, único, imprescindible y en consecuencia, duradero. Acarreo de mineral, largos recorridos de cientos de metros, temperaturas inimaginables, estructuras monumentales, forman parte del proceso para la obtención del acero, sin que nada de ello resulte en vano, sino por el contrario, cada colada, cada laminada, le dan un sentido de pertenencia a quienes de cerca comparten día con día la fascinante e imborrable experiencia de la fundición, lo que deja un sello especial en el acero así producido, que conservará de por vida.

Al paso de los años, se ha dado una marcada metamorfosis en la esencia propia del acero, dejando atrás aquellos procesos rudimentarios para su fabricación, dando paso a los...

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