Adentrarse en caminos de piedra

AutorSergio Zepeda

Fotos: Carlos Figueroa

Enviados

Sacbé, en maya, significa camino blanco, y en la Península de Yucatán abundan estos caminos construidos por los antiguos pobladores de la región. Se trata de enormes calzadas que llegaban a medir hasta 18 metros de ancho y que se extendían por decenas de kilómetros. Hoy es posible recorrer algunos de estos caminos ya sea a pie o utilizando una bicicleta.

Pedaleo entre pirámides

Como algunos de los sitios que visitaremos en Cobá están bastante alejados, decidimos rentar una bicicleta y adentrarnos por los sacbeobs mayas. Pagando 35 pesos, cualquiera puede pedalear entre las pirámides. Eso sí, todo dentro de los límites permitidos por el personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Quizá se deba a que Cobá, el sito que floreció entre los años 600 y 900 d.C, cuenta con una de las redes de caminos mayas más importante de la Península de Yucatán, o simplemente a que la zona se ha adaptado a las necesidades de los turistas, pero que ofrezcan bicicletas para transitar el lugar resulta bastante conveniente.

Hace más de mil 500 años, en lugar de curiosos viajeros, por aquí transitaban guerreros y comerciantes que iban y venían entre las distintas ciudades mayas aliadas de este poderoso enclave. De hecho, desde aquí parte un sacbé que mide 100 kilómetros y que une a Cobá con la ciudad de Yaxuná, al este.

Pero primero habremos de recorrer a pie algunos de los senderos al interior del sito arqueológico. Mientras, el sol se oculta tras las nubes. Eduardo Campos, el guía arqueológico con más de 10 años de experiencia que nos muestra el lugar, nos lleva primero a conocer el grupo Cobá, uno de los conjuntos de construcciones más próximos a la entrada. Una vez allí, caminamos por uno de los túneles en forma de arco falso que solía ser una tumba maya. La temperatura desciende de inmediato y nosotros no podemos dejar de mirar el nido de avispas que hay en una esquina.

"¿Son murciélagos?", pregunta un par de turistas canadienses. Eduardo se ríe antes de responder. "Son avispas, y les gustan los canadienses", les dice en broma.

Ya sobre la bicicleta y rumbo al complejo Macanxoc, donde se encuentra la famosa estela uno con la fecha de la actual creación, adelantamos a un par de turistas a bordo de un triciclo que pedalea un guía del lugar. "Un taxi maya", bromea Eduardo.

Cuando los primeros estudiosos de la zona descubrieron los glifos en las estelas de piedra, preguntaron a los mayas locales lo que quería decir...

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