Afecta a monumentos la falta de registro

AutorAntonio Bertrán

La Ciudad de México llegó al año 2000 sin un catálogo completo de sus monumentos. Esta carencia, unida a los criterios "personalistas y patrimonialistas" de los delegados capitalinos ha propiciado que en las últimas décadas los espacios públicos se hayan llenado de "adefesios".

Prueba de ello son, en opinión de varios especialistas, tanto las esculturas colocadas en 1997 en el Parque Abraham Lincoln de Polanco, como la fuente de las serpientes que desde el pasado febrero se encuentra en el cruce de Avenida Revolución y Río Mixcoac.

Aunque el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha integrado seis catálogos de monumentos anteriores al Siglo 20, correspondientes al Centro Histórico, Azcapotzalco, Alvaro Obregón, Tlalpan, Coyoacán y Xochimilco, persiste una ausencia de datos sobre el total de edificios, esculturas y fuentes de valor artístico o histórico que hay en el Distrito Federal y su estado de conservación.

Esta realidad, así como la falta de presupuestos adecuados, ha contribuido también a que monumentos como el de La Raza presenten serios daños. Los grupos escultóricos adosados a la pirámide ubicada en Insurgentes Norte han sido mutilados por un "mariguanito" que tomó el lugar como vivienda.

"Se metía a dormir en un registro y cuando la tapa fue sellada para evitarlo, se enojó y empezó a golpear las esculturas con una losa de concreto", refiere Teresa Godínez, quien cuida las jardineras de La Raza.

La falta de un plan de salvaguarda del arte urbano, destaca Saúl Alcántara, ha propiciado el deterioro de los monumentos por el efecto de agentes como el clima y la acción del ser humano. Otra problemática es el frecuente traslado de elementos como esculturas y bancas, una práctica que ha afectado el contexto histórico-artístico de la ciudad.

El Parque del Pensil Mexicano, ubicado en la Delegación Alvaro Obregón, uno de los pocos jardines que se conservan del periodo virreinal, se encuentra muy deteriorado, advierte el arquitecto paisajista. Alcántara subraya que ni en la Ley Federal Sobre Monumentos y Sitios Arqueológicos, Artísticos e Históricos ni en la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico del Distrito Federal, aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 31 de diciembre, se contempla la protección de los jardines históricos y los paisajes culturales.

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