Afirman que el amor ahora es subversivo

AutorJaime Reyes

REFORMA/ Enviado

TAMPICO.- Si suena un teléfono móvil mientras charlas con él, Breytenbach contesta invariablemente: "Si es Bush, dígale que no estoy". Después sonríe con la mirada llena de una extraña y pacífica ironía.

Breyten Breytenbach es considerado el mejor poeta sudafricano de los 60 y está en México para participar en el Festival de Literatura "Letras en el Golfo".

En esa década había un movimiento de escritores en contra del régimen y la actividad intelectual entraba en efervescencia.

"Antes había algo contra lo cual estar en contra. Es fácil escribir en oposición, pues ahora influyen mucho menos en la opinión pública que hace 12 o 15 años. Lo cual no significa que la literatura sudafricana esté en crisis, sino sólo en coma", agrega.

Lo que ahora sucede en la literatura, es que se busca referentes. Los escritores están regresando a las personas y sus vidas como fuentes de inspiración.

Tiende a reflexionar sobre lo que es África misma, qué significa ser africano.

"Los estadounidenses nos están forzando a ello, pues nuestra reconstrucción es lenta en cuanto a las nociones de Estado, seguridad. Y creo que los escritores, los artistas, la sociedad civil ayudarán a redefinir el significado de ser africano", dice.

El también pintor reconoce que hay muy poco contacto entre las literaturas sudafricana y mexicana, aunque es muy probable que aquí se conozca a Nadine Gordimer, Allan Payton, ahora John Maxwell Coetzee, ganador del Premio Nobel de Literatura, pero no puede limitarse a eso, pues en Sudáfrica hay una gran tradición literaria en distintas lenguas, como el inglés, el afrikaans y zulu.

En Sudáfrica, escritores como César Vallejo, Octavio Paz, Pablo Neruda y otros autores latinoamericanos, son conocidos desde los años 40 y 50, cosa que a Breytenbach le resultó interesante como influencia estética más que política.

Sus inicios en la literatura mexicana fueron con Paz, aunque su relación más estrecha es con Carlos Fuentes, con quien estuvo en Berlín. Otros de sus amigos son Homero Aridjis y Pura López Colomé.

Los temas que ocupan la obra de Breytenbach son de carácter político y existencial. "Me preocupa cómo vamos a sobrevivir a esta dura guerra en contra de Estados Unidos. Pero también estamos sumergidos en la cultura del consumo, en la falta de solidaridad, vivimos en un mundo globalizado en el que el robo...

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