AGENDA CIUDADANA / Mal de algunos, consuelo de no tan tontos

AutorLorenzo Meyer

NO SOMOS LOS ÚNICOS

Tener conciencia de lo generalizado de un mal puede ser, como asegura el refrán, consuelo de tontos. Sin embargo, la conciencia de lo reiterado de un problema puede ser un acicate para imaginar una solución. Esta consideración viene al caso al reflexionar sobre el estado tan deprimente en que se encuentra nuestra vida política. Y es que finalmente no somos los únicos que hemos extraviado el camino que lleva del autoritarismo a la consolidación democrática. Echar un vistazo a situaciones similares puede ayudarnos a reencontrar el camino perdido.

Transformar un régimen político antidemocrático bien arraigado, como era el mexicano de la época del "partido casi único", en uno democrático y sólido, es una tarea complicada y donde el éxito no está asegurado. Sin embargo, en tanto que aspirantes a la calidad de ciudadanos, nuestra obligación es hacer el esfuerzo para lograr que tenga éxito la transformación política que a partir de las elecciones legislativas de 1997 empezó a echar por tierra el viejo presidencialismo antidemocrático heredado de la Revolución Mexicana.

Hace casi tres lustros se abrió en nuestro país la posibilidad de entrar en un proceso de cambio político positivo por la vía electoral, pero hoy ese proceso parece haber perdido el rumbo como resultado de una corrupción omnipresente, la irresponsabilidad de la clase política, la vieja ineficacia institucional, lo poco representativo del sistema de partidos, la creciente y violenta presencia del crimen organizado, la mediocridad del crecimiento económico, la injusta distribución de la riqueza, la desaparición de la política exterior y, en fin, la ausencia de un verdadero proyecto nacional.

Como toda experiencia, la mexicana, tiene tanto rasgos irrepetibles como semejantes a otros casos de cambio político difícil, por ejemplo, el español. No el de la España actual, que también tiene problemas serios, sino el de aquella España recién salida de la larga dictadura franquista. Veamos.

23 DE FEBRERO, 1981

En España se conoce como el 23-F al día en que, hace 30 años, el teniente coronel de la guardia civil Antonio Tejero y sus hombres tomaron por la fuerza el control del Congreso de Diputados en Madrid. Se trató del inicio de un intento de golpe de Estado para, en teoría, "reencauzar" el cambio político y acabar con "el clima de anarquía y el desbarajuste sociopolítico existentes". Afortunadamente el golpe fracasó y, como consecuencia, la vulnerable democracia española...

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