AGENDA CIUDADANA / ¿Decaer antes de tener plenitud?

AutorLorenzo Meyer

· TRAGEDIA

Normalmente los organismos biológicos o sociales no llegan a la decadencia antes de experimentar la plenitud. Sin embargo, en nuestro país puede estar gestándose un caso de decadencia prematura que puede resumirse así: la transición a la democracia que empezó a hacerse evidente al finalizar el siglo pasado se topó muy rápido con condiciones adversas que obstaculizaron su maduración. Esta hipótesis puede sustentarse con indicadores como el siguiente: a tres lustros de haber experimentado el primer cambio de partido en el poder, pacífico y dentro de las normas, una encuesta nos informa que hoy apenas el 19% de los ciudadanos mexicanos está satisfecho con el funcionamiento de su joven democracia: ¡18 puntos porcentuales por debajo del promedio latinoamericano! (Latinobarómetro, 2015).

· TRES GRANDES INDICADORES INSTITUCIONALES

Francis Fukuyama, en su último libro Political order and political decay (Nueva York, 2014), examina tres conjuntos de instituciones que considera son los indicadores clave para examinar la naturaleza del proceso político de cualquier Estado moderno y que permiten comparar diferentes etapas en la evolución política de una sociedad o a diferentes sociedades entre sí. Se trata de: A) la naturaleza del Estado, B) la vigencia efectiva de la ley (the rule of law) y C) la rendición de cuentas a la sociedad. Cuando la relación entre estos tres grandes conjuntos de instituciones es funcional, se tiene la posibilidad de un orden político a la altura de los valores de la modernidad. Veamos rápidamente el caso mexicano.

· EL ESTADO

El Estado -definido como una organización jerárquica, centralizada y capaz de ejercer de manera efectiva el monopolio de la fuerza que se considera legítima sobre un territorio claramente definido- tardó en aparecer en el México independiente.

En el periodo que va del Plan de Iguala a la República Restaurada -1821 a 1867- la centralización del poder, el monopolio efectivo de la violencia o, incluso, la delimitación clara del territorio nacional, fueron más un proyecto que una realidad. Sin embargo, bajo la última Presidencia de Benito Juárez (1867-1872) y los dos cuatrienios iniciales de Porfirio Díaz (1877-1880, 1884-1888), emergió un Estado más o menos compatible con la definición expuesta. Si bien la Revolución Mexicana llevó a que ese Estado se derrumbara y desapareciera por unos años, se recreó relativamente rápido y para 1940 era ya más fuerte que antes y así funcionó por el resto del...

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