AGENDA CIUDADANA / México o la historia de un gran abuso

AutorLorenzo Meyer

La iniquidad como el punto de partida

En un relato de sus experiencias siberianas postsoviéticas, Ian Frazier concluye que Rusia "es un país del que se ha abusado", de ahí que sea, "simultáneamente, tan grande y tan horrible". A México también se le podría caracterizar de igual manera y explicar su situación actual como resultado de una historia donde sucesivas élites del poder han abusado de manera sistemática de la geografía y la sociedad.

Y esos atropellos sistemáticos han dejado cicatrices obvias: lo que fue la "región más transparente" es ya una inmensa masa urbana, caótica y envuelta por el pesado manto gris de la contaminación, mucho de lo que fue bosque es hoy terreno estéril marcado por las feas grietas de la erosión, aquello que fue un lago o un río vivo ya no existe y es, o un vertedero, o agua muerta. Las deformidades sociales son igualmente obvias: miseria y riquezas extremas lado a lado; a la gran pobreza rural y al brutalismo de amplias zonas urbanas se añade el insulto de barrios "residenciales" con acceso restringido y que, por su riqueza y forma de vida, parecieran otro país. Y está también esa deformidad cultural que forma el contraste entre el discurso político, jurídico, empresarial y religioso con la realidad de la corrupción omnipresente, la impunidad y la prosperidad del crimen organizado.

Hay muchas formas de hacer la crónica de ese gran abuso que es la experiencia secular mexicana, pero un repaso de su historia económica arroja algunas claves de fondo que explican el presente y la mediocridad que se predice para el futuro inmediato: México como una de las economías latinoamericanas menos dinámicas.

El principio

El México prehispánico no tuvo mucho de idílico. Ahí, en el área maya, por ejemplo, se dio uno de los grandes abusos de la naturaleza y que se pagó con el declive de toda una civilización (una explicación al respecto se encuentra en: Collapse: how societies choose to fail or succeed, Viking, 2005). La forma tan sangrienta en que los aztecas explotaron a los pueblos vasallos explica la ayuda entusiasta que algunos de éstos dieron a Cortés para acabar con el poder de Tenochtitlán. Ahora bien, lo acontecido aquí antes del siglo XVI fue producto de una civilización original que no tuvo otro punto de referencia que ella misma sobre lo correcto o incorrecto en su relación con la naturaleza o con los humanos. Esa perspectiva se transformó a partir de la conquista europea con relación a los patrones sobre lo que era...

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