AGENDA CIUDADANA / 'Juicio de Residencia'

AutorLorenzo Meyer

Al final de su encargo, los personajes más poderosos de la Nueva España estaban obligados a entregar cuentas de su desempeño. En principio, el virrey no podía dejar su cargo hasta que se examinara todo su desempeño. Era ese el momento en que podían ser presentadas las quejas acumuladas por los gobernados. A eso se le llamaba "Juicio de Residencia", parte de la estructura de contrapesos del sistema imperial español. Cristóbal Colón fue el primero en ser sometido a este proceso, tomado de las leyes del reino de Aragón. La idea funcionó mejor en la teoría que en la realidad, pero en principio era una forma de frenar los abusos de la autoridad, sobre todo por lo que hacía a la tentación de mal administrar la Real Hacienda, es decir, las finanzas del reino.

Si ese principio del derecho indiano estuviera vigente, este sería justo el tiempo, dentro del sexenio, de empezar a preparar el juicio.

Ahora bien, si siguieran vigentes tanto normas como prioridades de estos juicios, lo primero sería pedir cuentas sobre la recaudación y manejo de los dineros públicos. Por tanto, habría que empezar por examinar el monto, fuente y destino de los dineros del sexenio. Históricamente, el fisco del México independiente ha sido relativamente pobre, y esa es ya una decisión política: no cobrar mucho a los que mucho tienen. En 2013, el gobierno se vio obligado a una reforma fiscal que le permitió recaudar hasta el 17% del PIB, monto importante pero aún insuficiente si se le compara con el 32% de Brasil o el 34% de los países de la OCDE. Por eso, además del cobro de impuestos recurrió al endeudamiento, que creció de manera desmedida. Si en 2012 la deuda pública ascendía a 5.4 billones de pesos, en 2017 llegó a los 10 billones (Expansión, febrero, 2018) ¿Y en qué se gastó ese dinero? Pues no en inversión. La inversión pública, que alguna vez llegó a ser del 11% del PIB y un motor del desarrollo, en 2017 fue de apenas 2.8%, una de las más bajas en los últimos 80 años (Cámara de Diputados, CEFP, notacefp/011/2017). Fue un mal uso del dinero público y que se reflejó muy bien en lo pobre del crecimiento, que si en 1964 llegó a tocar el (hoy increíble) 12% del PIB, en este sexenio el promedio apenas rondó el 2% (datos del Banco Mundial).

En contraste con la pobreza en inversión y crecimiento, está el impresionante uso de los dineros públicos en corrupción a gran escala, asunto que también figuró en algunos de los viejos juicios de residencia. En esos procesos, una parte...

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