AGENDA CIUDADANA / Sin sentido de la responsabilidad

AutorLorenzo Meyer

Hoy la élite del poder mexicana -la política y la económica- se distingue más por sus carencias y defectos que por sus logros. Entre sus carencias destacan un casi nulo sentido de la responsabilidad, falta de pudor y una débil noción del ridículo. Conscientes del efecto que esto ya tiene en las urnas, PRI y gobierno se dicen hoy dispuestos a cambiar y combatir una de sus características históricas -la tolerancia a la corrupción- mediante el Sistema Nacional Anticorrupción. Además, y aunque muy tardíamente, el Presidente se disculpó por la mala "percepción" generada por los términos en que se adquirió la famosa "Casa Blanca" de Las Lomas y se deshizo de uno de sus excesos de humor negro: el obsequioso secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade.

En este nuevo contexto no encaja bien una demanda por diez millones de pesos que Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila y ex presidente del PRI, acaba de presentar contra Sergio Aguayo, académico y analista político. Moreira asegura que en un artículo de opinión publicado el 20 de enero, Aguayo le causó un daño moral porque en él afirmó que la carrera del profesor y político coahuilense "desprende hedor corrupto" e impunidad.

En derecho, el daño moral se define como la afectación que sufre una persona en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor y reputación por la acción de otra. Por eso, Moreira declara que Aguayo, "utilizando medios de comunicación impresos y electrónicos de difusión masiva atentó en contra de mi honor, vida privada y mi propia imagen también lesionando mis sentimientos, afectos, creencias, decoro, reputación, así como la consideración que de mi persona tienen los demás".

¿Cómo se puede reparar, en caso de existir, un quebranto al honor y reputación de una persona? En el pasado, podía ser con un reto a duelo, pero hoy y según la ley, la reparación se puede lograr con dinero y una retractación pública. Frente a esto es posible argumentar que la retractación pública sí tiene algún sentido pero ¿el dinero? Quizá el sacarle diez millones de pesos a un académico -unos 541 mil dólares- puede darle una cierta satisfacción al ofendido pero, por grande que sea la suma, el dinero no repara la reputación u honor supuestamente dañados.

Sergio Aguayo y con él muchos más, suponemos que el objetivo de la demanda de Moreira es mandar un mensaje a quienes desde los medios se atreven a asumir uno de los papeles que se supone deben de jugar con plena libertad: el de evaluar las...

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