AGENDA CIUDADANA / Entre la utopía y la nada

AutorLorenzo Meyer

· EL PROYECTO NACIONAL

¿Qué puede significar hoy para un mexicano promedio "mover a México" o declarar al país "nación imparable"? Quizá lo que antaño significó: "arriba y adelante", "la solución somos todos", "renovación moral" o "pasión por México": nada. Si para la mayoría el presente es desencanto, el futuro tampoco se vislumbra mejor.

En su clásico The civic culture (Princeton University Press, 1963), Gabriel Almond y Sidney Verba encontraron que una encuesta que llevaron a cabo mostraba que entonces los mexicanos se identificaban aún con la Revolución y, sobre todo, creían, aunque en realidad no era el caso, que podrían influir en las decisiones de su gobierno (pp. 39, 363). En contraste, cuando hoy se pregunta a los herederos de esos ciudadanos qué tanto creen que influyen en las decisiones del gobierno, más del 70% se mostró realista: poco o nada (El Colegio de México, Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, 2014, p. 106).

Y el desencanto actual se explica tanto por lo precario del presente de la mayoría como porque nada se ha hecho para iluminar su horizonte. En tanto constituimos una comunidad nacional, estamos urgidos de un elemento esperanzador, de un proyecto que mezcle en dosis adecuadas la realidad con elementos de utopía compartida. Un proyecto de esta naturaleza requiere de tres elementos con credibilidad: el qué, el cómo y, sobre todo, el con quién.

· 'NACIÓN IMPARABLE'

Al concluir la mitad de su sexenio, el Presidente declaró que México "está destinado a ser una nación imparable" que marcha por la ruta correcta. Sin embargo, basó su predicción en supuestos cuestionables: "una economía que crece de manera sostenida e incluyente", instituciones fuertes, "reformas estructurales", ingresos fiscales fortalecidos, etcétera. Este discurso se cae por falta de sustento. Precisamos de una propuesta que despierte la imaginación y sea creíble.

El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 o los 95 puntos del "Pacto por México", por ejemplo, no son, ni de lejos, equivalentes a propuestas que despierten y refuercen el sentido de nación, de tarea colectiva. Esto sólo se logra si la aspiración está sostenida por la historia, cuenta con un liderazgo apropiado y sus ideas motrices responden a las exigencias de la coyuntura histórica. Sólo eso puede convocar al encuentro de la propuesta con la esperanza.

· GRANDES MOMENTOS

Es posible tomar el documento de José María Morelos de 1813, "Los sentimientos de la Nación", como un...

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