Agenda Ciudadana / ¡Al diablo con esos desfiles!

AutorLorenzo Meyer

Conmemoraciones incómodas

El primer desfile del que se retiró el presidente Vicente Fox en su papel de actor central y observador de honor desde el balcón de Palacio Nacional, fue el tradicional desfile del 1o. de mayo, ése de los trabajadores organizados. Ahora resulta que tampoco estará en el del próximo 20 de noviembre, con el que tradicionalmente la élite política del antiguo régimen celebraba los aniversarios de la Revolución Mexicana.

Hay que reconocer que con estas ausencias el primer gobierno del PAN es congruente con su esencia. En efecto, por su naturaleza, el foxismo no debería haberse prestado nunca a asistir y menos a organizar conmemoraciones masivas y corporativas que le ponen en aprietos al obligarle a confrontar la distancia que separa a los valores realmente vigentes en los círculos del gobierno y de quienes le apoyan -los de la derecha- con los que supuestamente se celebran en esas dos fechas, que finalmente son valores de izquierda: la resistencia proletaria y el levantamiento popular contra un gobierno oligárquico.

El cambio presidencial frente a las dos ceremonias mencionadas se da finalmente en el foxismo, pero en realidad ambas conmemoraciones ya habían perdido su sentido para todos los presidentes de la posrevolución. De hecho, el régimen del PRI murió sin haberse atrevido a cancelar unos desfiles sin alma, sin sentido real, porque no estuvo dispuesto a aceptar públicamente lo que todo el mundo sabía: que al menos desde el sexenio presidido por Miguel Alemán (1946-1952), los trabajadores organizados no tenían el respaldo de la clase política sino más bien lo contrario.

Si bien Alemán fue hijo de un no muy distinguido general de la revolución, él y su grupo pertenecían ya a la posrevolución, y en políticas como la agraria, eran los organizadores y garantes de una contrarrevolución. Para entonces, al inicio de la segunda mitad del siglo XX, la verdadera meta gubernamental era industrializar a un México aún rural como el mejor medio para crear una burguesía y en cuyo territorio clasista ellos -los políticos y sus familias- pudieran finalmente ser aceptados como miembros de tan exclusivo grupo. La carrera del propio Alemán es el mejor ejemplo del éxito de este empeño.

El grueso de los participantes en los desfiles de mayo y noviembre era básicamente masas sin entusiasmo formadas por la estructura corporativa creada por el PRI a fines de los 1930 para darse una gran base social. En el evento de mayo, el papel estelar...

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