Alanis Morissette: ¿Y si Dios fuera mujer?

AutorErnesto Sánchez

Uno de los momentos más perturbadores e irremediablemente divertidos en Dogma, la controvertida película del realizador Kevin Smith, es cuando Dios aparece en la pantalla decidido a arreglar los disturbios provocados por dos ángeles caídos.

Para sorpresa de todos, no es un reconocido actor quien lo interpreta, ni una persona que imponga en la pantalla -como cualquiera podría suponerlo-, es más, ni siquiera es un hombre.

Dios aparece ataviado en un largo vestido dorado, con el cabello hasta la cintura, de estatura pequeñísima y con una cara de inocencia y al mismo tiempo de picardía, capaz de transmitir paz sin tanta ceremonia ni formalidad de por medio: Dios es Alanis Morissette.

¿Opción descabellada? Sí, desde el punto de vista meramente religioso; no, desde el punto de vista satírico y artístico que comparten el cineasta, la cantante y sus millones y millones de fanáticos.

En persona, la canadiense no dista mucho de su caracterización en el filme, sus ojos brillan constantemente, irradia una tranquilidad impresionante (quien la viera en escena cantando desgarradores temas como "You Oughta Know" y "That I Would Be Good") y esa menuda fisonomía la compensa con una inteligencia más grande que la vida.

A sus 25 años, la cantante cuya grabación Jagged Little Pill es el álbum debut más vendido de todos los tiempos (y hoy un disco clásico) ha ido de ídolo masivo, a artista auténtica; de objeto de veneración, a un icono para ciertas generaciones, y de récords comerciales, a metas meramente intelectuales o espirituales.

Es decir, con el riesgo de poder convertirse en víctima de las altas ventas y vender su compromiso como artista integral a favor de otro éxito monetario, Alanis demostró con su segundo álbum Supposed Former Infatuation Junkie que no es cantante de fórmula ni de un "hit" solitario y aunque relativamente perdió más de la mitad de sus seguidores, nadie puede negar que Morissette es una de las cantautoras más fascinantes del final del milenio.

"Hay una cualidad zen-budista en ella que parece del otro mundo, ella es definitivamente etérea por naturaleza, incluso cuando no habla", opina el director Kevin Smith sobre su "Diosa".

Con su constante y algunas veces desconocida participación en proyectos benéficos como The Tibetan Freedom Concert, grabaciones espirituales como The Prayer Cycle al lado de Jonathan Elias y apoyos vocales para discos de Ringo Starr y Dave Matthews Band, no es difícil adivinar su curiosidad por interpretar a Dios...

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