Alejandra Palacios Prieto: 'Se necesita sangre fría'

AutorVerónica Gascón

La ola reformadora que embarga al país ha colocado a la Comisión Federal de Competencia Económica como un organismo clave para la apertura de nuevos mercados como el energético, y su opinión será fundamental para nivelar sectores como el financiero.

Su titular, Alejandra Palacios Prieto, está consciente de que por su escritorio pasarán asuntos que pueden marcar la suerte de los mexicanos en las siguientes décadas.

Es de las más buscadas por la prensa, pero no le gusta ser entrevistada. Le huye a las fotografías porque rechaza el protagonismo. Trata de pasar con un bajo perfil, pero la importancia del puesto que representa se lo impide.

Se maneja con austeridad y ha adoptado el tono neutro del discurso oficial.

Ella es parte de las nuevas reglas del juego que se escribieron al cambiar la política de competencia con las reformas constitucionales, primero, y con unas leyes secundarias que se aprobaron en el Congreso recientemente.

Es la primera mujer en presidir este órgano regulador, con 20 años de existencia, que en el pasado reciente se batió con gigantes del tamaño de Televisa y Telcel. También sancionó a Cemex y Petróleos Mexicanos. Es como un David frente a muchos Goliats.

Palacios admite que le tocará tomar decisiones difíciles y la silla en la que está sentada la pondrá en la mira de las empresas que han llevado a México a ser considerado paraíso de monopolios.

-¿Cómo aguantar la presión de esos agentes económicos que pueden recurrir hasta a la intimidación para revertir una decisión que afecta a sus intereses?

-Se necesita sangre fría -responde.

Antes de que la nombraran comisionada presidente, era conocida con el diminutivo de Jana.

Economista de profesión, graduada en el ITAM y con maestría en Administración y Políticas Públicas por el CIDE, se desempeñó como analista en temas regulatorios del Instituto Mexicano para la Competitividad -think tank ligado al sector privado, en el que laboró con el analista Juan Pardinas-. Su primera experiencia en el sector público la tuvo en 2011, como asesora de la entonces Comisión Federal de Telecomunicaciones.

De ahí saltó a presidir el órgano antimonopolios. Fue ratificada en su cargo por el Senado, en septiembre del 2013, de entre una lista de 35 aspirantes.

A diferencia de la mayoría de los comisionados que conforman el pleno, Palacios no tiene experiencia en el órgano antimonopolios. Cuatro de ellos tienen la escuela de Eduardo Pérez Motta, su antecesor, ya que estuvieron durante la administración pasada en las áreas de estudios económicos o jurídicos.

Para quienes siguen de cerca la labor de la Cofece, es evidente que la comisionada presidente es la que tiene menos trayectoria en la materia, sin embargo, ella se siente confiada por el equipo que la rodea.

-Aunque no había estado antes en el gobierno y no tenía el privilegio de trabajar en la Cofece, siento que tengo las herramientas para hacer bien mi trabajo -subraya.

Palacios inició su carrera como profesora en 2002, en el ITAM, donde coordinó el departamento de Economía. Y en 2007 empezó a colaborar en el IMCO.

Como directora de Proyectos de Competencia y Buen Gobierno de dicho instituto, participó en investigaciones sobre gasto público y desarrolló una metodología para la calidad en las adquisiciones y arrendamiento de bienes y servicios.

Aunque fuera un tema ligado más al ámbito de los recursos presupuestales, analizó la figura de la colusión de empresas en las compras públicas, un fenómeno que aumenta los costos hasta en 20 por ciento.

En trabajos conjuntos con la Secretaría de la Función Pública, Palacios se pronunció por fortalecer la transparencia en los procesos de licitación y fomentar la cultura de la rendición de cuentas. La opacidad, dijo en su momento, genera corrupción y desperdicio de recursos.

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