Alejandro Sanz: Así es y 'le vale madre'

AutorErnesto Sánchez

Fotos: Claudia Susana Flores

Alejandro Sanz se encuentra fumando un cigarro. Está de espaldas, muy atento a su iMac, en la que está dándole los últimos toques al arte gráfico de su nuevo álbum.

Tímidamente abro la puerta y él rompe el hielo de entrada, “pásale, tío, pásale”.

“¿Quieres tomar algo?”, pregunta y se presenta con un fuerte apretón de manos.

La misma cálida bienvenida nos da su esposa Jaydy Mitchel desde que llegamos a su casa en Miami. En el recibidor se encuentra una mesa con todos los Grammys que Alejandro ha ganado.

Nos pasa a la sala con vista al mar, en estilo contemporáneo, y nos advierte que los mosquitos que rondan la terraza y la alberca, en donde más tarde realizaremos la sesión fotográfica con él, son mortales, así que será mejor que nos vayamos preparando con un buen repelente.

“Ahorita los recibe Alejandro, están en su casa”, dice la guapa modelo.

Al preguntarle por su hija, Manuela, sonríe y confiesa que la mandaron al parque a jugar para que dejara trabajar a su papá en paz.

Y el papá no podría estar más relajado. El cuarto en el que se desarrolla la entrevista está ubicado fuera de su casa en un segundo piso, es como su propio santuario, un pequeño estudio de grabación, en el que se realizaron las canciones de su nuevo álbum, y en el que descansan varias guitarras españolas, un tres y sobre la pared, decenas de fotografías de la pequeña Manolita.

“Como verás estoy bastante afectado por mi hija”, dice con los ojos casi cerrados de la emoción, “está muy guapa, ¿no? (señala las fotos).

Fíjate que en casi toda mi faceta y en todos los ámbitos de mi vida me he visto afectado –en el buen sentido– por mi hija. Te cambia la estabilidad, te cambia la escala de valores, tus prioridades y tus inquietudes”.

No hay duda el porqué del título del disco: No Es lo Mismo. Alejandro Sanz como persona no es el mismo. Ya no es el chavo que llegó viviendo de prisa con una guitarra bajo el brazo.

Ahora tiene 34 años de edad y su madurez musical, física y mental no la puede esconder.

Ya se le notan las canas en la barba. Se acaba de hacer un tatuaje en el bícep izquierdo con el toro del Guernica de Picasso porque “quería algo que realmente me fuera personal y nunca lo había encontrado antes”. Y él mismo se desconoce del chavo que en 1991 llegó a la escena musical “pisando fuerte”.

Ese Alejandro ya no existe, uno era mucho más chaval, ahora mismo ya no haría 'Pisando Fuerte', de verdad que no, 'ombre, se carcajea,pero vaya, era...

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