Aleph Cero/ Teorías científicas

AutorShahen Hacyan

¿Cómo podemos saber si una teoría científica es correcta o no? Haciendo experimentos para comprobarla, es la respuesta que suelen dar los libros de texto. Pero si revisamos los numerosos ejemplos históricos, el asunto resulta ser bastante más complicado.

No todas las teorías se dejan comprobar, por lo menos en el corto plazo. ¿Deben, entonces, archivarse en espera de que aparezcan evidencias a su favor? De ser así, la mayoría de las teorías científicas del Siglo 20 tendrían que haber esperado un largo tiempo para que se les tomara en serio. Es cierto que los descubrimientos ponen a los científicos sobre la pista de nuevas teorías, pero también puede suceder que las especulaciones teóricas se adelanten a los experimentos.

Más aún, hay que tomar en cuenta que todas los experimentos tienen algún margen de error; y si bien éste disminuye a medida que se perfeccionan las técnicas de medición, nunca desaparece por completo. Aunque se confirme una predicción teórica, no podemos estar seguros de que unas mediciones más precisas no revelen fallas en el futuro.

Al respecto, el filósofo del siglo pasado Karl Popper propuso un criterio para distinguir teorías buenas de malas. En esencia, su tesis se basa en el hecho de que, estrictamente hablando, una teoría no se puede verificar a fondo pero sí "falsifiar", es decir, comprobar si es falsa. Mientras más "falsifiable" es una teoría, más abierta está a la comprobación y más sólida resulta ser si pasa las pruebas.

Pongamos unos ejemplos. La teoría de que nos visitan seres extraterrestres y que sólo se les aparecen a algunos despistados, pero nunca a astrónomos profesionales que están todo el tiempo monitoreando cada detalle en el cielo, es una teoría muy poco "falsifiable": es prácticamente imposible demostrar que es falsa; pero justamente por ello, tampoco explica nada (excepto la ingenuidad de cierto público). Asimismo, la astrología no es "falsifiable", pues los horóscopos son lo suficientemente vagos para que no se puedan refutar sus predicciones. En cambio, la relatividad de Einstein se presta a realizar toda clase de experimentos muy precisos y hasta ahora no se le ha encontrado ninguna falla.

El criterio de Popper es muy conveniente para separar ciencia de pseudociencia, pero, como todos los sistemas, no se puede tomar completamente en serio. Puede funcionar a veces para la física y la biología, pero las teorías que describen el comportamiento de las sociedades o de los individuos, donde interviene...

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