Aliados y rivales

AutorAlberto Aguirre M. y Marco Antonio Martínez

"No va a haber concesiones", amenaza el diputado federal Arturo Escobar, encargado de asuntos electorales del Partido Verde Ecologista de México.

Se refiere a 10 distritos electorales federales, ubicados en distintas zonas urbanas del centro del país, que su partido ha calificado como de una alta probabilidad de ganar y que disputará palmo a palmo con el Partido Revolucionario Institucional.

En ésos, como en otros 193 territorios electorales, de nada valdrán los acuerdos de civilidad ni los pactos de no agresión que han suscrito las dirigencias de ambos institutos políticos. Habrá, aseguran los estrategas de ambos bandos, una competencia voto por voto y se emplearán las mejores armas para salir victoriosos. Los involucrados en la Alianza para Todos irremediablemente serán rivales.

Más que enemigos, el PRI y el PVEM serán "contendientes" en esos distritos, matiza Mauricio Barcárcel, asesor político de Jorge Emilio González Martínez, líder nacional ecologista, y negociador de la coalición.

"Estamos en una competencia, las descalificaciones deben quedar de lado", agrega.

Lo mismo dice Roberto Campa Cifrián, coordinador de Convergencias Partidarias del CEN del PRI.

"No hay ninguna estrategia que involucre a los distritos que no vayan en alianza", apunta.

El PRI y el PVEM conformaron la Alianza para Todos, una coalición parcial aprobada por el Consejo General del IFE inédita, en distintos sentidos, en la historia electoral del país. Abarcará 97 distritos en federales de 9 estados. Serán 88 candidatos de filiación priista y nueve de militancia ecologista.

Según su propia definición, se trata de una suma de "capacidades y talentos" que quiere constituirse en "una nueva alternativa política para los mexicanos" en el Congreso de la Unión.

La Alianza para Todos conformará una nueva mayoría, sintetiza Campa Cifrián.

En el intento, los efectos de la competencia entre los candidatos de ambas fuerzas políticas serán aminorados por la estrategia conjunta de comunicación que activarán las dirigencias de los institutos políticos.

Esa campaña será coordinada por un consejo de comunicación. Por el lado priista estarán Carlos Alazraki, Carlos Flores Rico y Carlos Jiménez Macías. Por el PVEM participarán los estrategas Hugo Scherer, Ulises Beltrán y Mauricio Balcárcel, así como el diputado federal Alejandro García Sáinz.

Esa campaña dará cobertura a la promoción del voto que realicen los candidatos de la coalición en todos los distritos federales de Guanajuato, Baja California Sur, Yucatán y el estado de México, además de la totalidad de los distritos federales de tres de los seis estados donde habrá elecciones para renovar los poderes locales, el próximo 6 de julio.

Y es que además de las nominaciones para la Cámara de Diputados, en Querétaro, Nuevo León, San Luis Potosí y Sonora, el PVEM hizo suyas las candidaturas que postuló el PRI. En Campeche, ambos partidos sólo hicieron alianza para competir en dos de los cuatro distritos locales. En Colima decidieron no ir en alianza, dada la compleja legislación electoral local, y en el Distrito Federal tampoco irán juntos.

En la capital del país, el PVEM está seguro de alcanzar 20 por ciento de los votos, el próximo 6 de julio. Para ir en alianza, solicitó al PRI que le garantizara mínimo 10 por ciento de los votos y casi la mitad de las candidaturas.

La negociación fracasó, ante la intransigencia de las dirigencias locales y sólo alcanzaron acuerdos para impulsar candidaturas comunes en las delegaciones Alvaro Obregón, Coyoacán, Cuauhtémoc, Cuajimalpa y Miguel Hidalgo, así como para 16 nominaciones para la Asamblea Legislativa.

La alianza no se consolidó en el Distrito Federal, dice Mauricio Balcárcel, para no confundir a los votantes "entre tantas boletas".

-¿Les conviene más ir solos?

-Sí, tanto a ellos como a nosotros.

Con la Alianza para Todos, el PRI y el PVEM no sólo quieren complementar ideologías y propuestas. El 6 de julio del 2003, ambas fuerzas políticas quieren sumar más de 10 millones de votos, las seis gubernaturas en disputa, victorias en 150 distritos electorales y, sobre todo, una nueva imagen.

A final de cuentas, la conveniencia es para ambas partes, valoran los funcionarios partidistas que negociaron la alianza.

El PRI podría desprenderse de la imagen del pasado y el PVEM le garantiza más espacios de poder. Para el PRI, la alianza con el PVEM representa un nuevo discurso y un perfil de candidatos distintos, afirma Roberto Campa. Arturo Escobar, contraparte de Campa en las pláticas, lo define a su modo: "El Verde le da al PRI frescura, juventud, otro discurso".

Campa considera que la coalición parcial no sólo es una aportación cuantitativa...

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