Alivio en la odisea migrante

AutorAntonio Bertrán

Foto: Roberto antillón

Desplazados, refugiados: migrantes a fin de cuentas. Expulsados de sus pueblos, ciudades o países por la violencia y la falta de oportunidades laborales. Esta es la codición de una buena parte de las personas que atiende Médicos sin Fronteras en África, Medio Oriente y también en México, donde la organización está presente con una oficina desde 2008.

Aquí, el año pasado se brindaron 2 mil 200 consultas a esta población, incluso a pie de vía en la ruta de La Bestia y más arriba, por deshidratación, llagas en los pies, enfermedades respiratorias, infecciones intestinales, fracturas... Y casi 700 relacionadas con depresión y ansiedad, las principales manifestaciones del estrés postraumático que les provocó la violencia, que vuelven a sufrir durante su trayecto.

Henry Rodríguez, jefe de la Misión de MSF para Mé-xico y Honduras, prevé que la problemática de los migrantes se complicará en la era de Donald Trump.

Su historia, y la de dos compañeras ilustran los dramas cotidianos que viven no sólo los miles de personas que se ven forzadas a desplazarse, sino también los médicos y psicólogos que, con un distintivo chaleco blanco, tratan de aliviar su odisea.

Su labor

Médicos sin Fronteras, Médecins Sans Frontières, se fundó en Francia en 1971 por un grupo de médicos y periodistas, entre ellos Bernard Kouchner y Jacques Mabit.

Atienden a víctimas de:

· Catástrofes naturales. Respuestas de emergencia que incluyen salud primaria, cirugía, atención psicosocial, agua y saneamiento, distribución de artículos de primera necesidad, entre otros.

· Conflictos armados. Atención a poblaciones amenazadas por la violencia o que han tenido que desplazarse a causa de conflictos.

· Enfermedades endémicas y epidémicas. Personas afectadas por brotes de cólera, sarampión, fiebres hemorrágicas, VIH/sida, malaria, dengue, tuberculosis, chagas, desnutrición, etcétera.

· Violencia social y personas excluidas de la atención sanitaria. Personas afectadas por políticas o prácticas que ponen su vida en peligro y las excluyen deliberadamente de los servicios de salud, como migrantes en situación irregular o minorías étnicas.

PESADILLAS EN EL TREN

A pie de vía en Bojay, Hidalgo, uno de los puntos en la ruta migrante de Centroamérica a Estados Unidos, la doctora Nely Morales reconoció que quien levantó la mano en el grupo de personas que acababan de escuchar su brevísima charla psicoeducativa, era don Miguel.

La psicóloga de terreno había atendido, un par de días antes, al salvadoreño de 63 años en Apaxco, un puesto previo en el camino, donde también tiene presencia su asociación, Médicos sin Fronteras. Ahí, el hombre que tenía la mandíbula trabada y un perenne dolor de cabeza, se pudo desa-hogar con la especialista.

"Lloró lo que no había podido llorar en 40 años, porque tenía que ser fuerte 'como un hombre', me dijo", recuerda Nely, diplomada en intervención en crisis y atención psicológica a migrantes.

Al levantar la mano en Bojay, don Miguel quería reforzar la exhortación que su médica de "una sola sesión" acababa de hacer, sobre la importancia de aprovechar la presencia del equipo de MSF para atender no sólo los males físicos sino también aspectos psicológicos.

"Pasen con ella", dijo don Miguel a sus compañeros de viaje, principalmente hondureños, guatemaltecos y salvadoreños. "Yo lo hice y he podido dormir dos noches sin las horribles pesadillas que tenía".

A sus 29 años y después de colaborar con MSF desde 2014, Nely asegura que la "terrible" historia de don Miguel le ha permitido continuar en esta labor altruista, "porque es un trabajo lleno de frustraciones, muchas".

Su paciente le contó que había participado en la guerrilla salvadoreña, donde perdió a su esposa. Se quedó al cuidado de tres hijos, uno de los cuales fue muerto después por una de las pandillas que emergieron en el país. ¿La causa de tal asesinato? Los repetidos atrasos de don Miguel quien, como muchos compatriotas no conseguía un trabajo digno, en el pago de la cuota que dichos grupos delincuenciales exigían por cualquier pretexto.

Con sus dos hijos se cambió de un departamento (estado) a otro, hasta que en un cruce de pandillas que estaban en...

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